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La Plata, Buenos Aires

viernes, 12 de marzo de 2010


 "I don´t want to set the world on fire
I just want to start a flame in you heart"
(de la canción de cierre de Logorama)

Nicolás Schmerkin, el productor argentino que participó de la creación del corto Logorama, que ganó entre otras cosas un Oscar el domingo pasado, dijo sobre el film: "Podés verlo como una película subversiva o como un film de acción". Nosotros elegimos la primera, obviamente, ¡que para esos estamos!, y entonces se las traemos en esta entrada (la encuentran al dofon) mezclada con algunas reflexiones de Naomi Klein y su No Logo (sí, estamos un poco monotemáticos, perdón).

Logorama es una historia de acción de 17 minutos protagonizada por logos de todo el mundo (¡incluyendo el hipopótamo de Pumper Nic!), que tiene al payaso de Mc Donald`s (Ronald) como el gran malo de la película, aunque en realidad no hay tampoco personajes buenos (¿o sí? chillen si se nos pasó alguno). Más allá de la connotación política que le quisimos dar, nos gustó mucho, es divertida. La musicalización, genial, no dio la clave para elegir cómo mirarla en la frase de la canción que eligieron para el final (y que pusimos en idioma original al principio) que dice "no quiero prender fuego el mundo, sólo quiero prender una llama en tu corazón".

El corto puede tomarse como una predicción orwelliana que alerta sobre una sociedad ya no de personas, ni siqueira de computadoras o softwares como en Matrix, sino de logos. Desde esta perspectiva se ve una crítica al creciente y constante avance del mundo de las marcas sobre todos los espacios posibles. Y decir "posibles" es una aclaración inútil, dado que estamos descubriendo día a día que no hay espacios incompatibles con los logos. Hoy parece normal que le vayan a poner el nombre de una empresa al estadio de River, y mañana capaz que pase lo mismo si a algún fundamentalista del marketing se le ocurre cambiar el nombre de nuestra querida republiqueta sojera, digamos, por República Monsanto Argentina.

Hace diez años Naomi Klein publicaba No Logo, en el que explicaba que "es legítimo decir que el astronómico crecimiento de la riqueza y de la influencia cultural de las empresas multinacionales que se ha producido durante los últimos quince años tiene su origen en una idea única, y al parecer inofensiva, que los teóricos de la gestión de empresas elucubraron a mediados de la década de 1980: que las empresas de éxito deben producir ante todo marcas y no productos."

Desde ese momento, bajo "la firme convicción de que las marcas necesitan aumentar continua y constantemente la publicidad para mantenerse en la misma posición", los logos invaden cada vez más espacios de la vida cotidiana. Klein cuenta en su libro que un alto ejecutivo explicaba que "los consumidores son como las cucarachas: los rocías una y otra vez hasta que se vuelven inmunes". Entonces la publicidad se tiene que volver más agresiva e invasiva para poder producir algún efecto en nosotros, las cucas. Así, los logos empiezan a aparecer por todos lados, patrocinando nuestra vida que, dicho sea de paso, finalmente encontró su razón de ser: consumir esos logos. 

Para cerrar les transcribimos este párrafo que puede tomarse como una especie de sinopsis de Logorama:

"Por lo general los informes sobre la red mundial de logos y de productos se presentan envueltos en la retórica triunfal del marketing de la aldea global, un sitio increíble donde los salvajes de las selvas más remotas manejan ordenadores, donde las abuelitas sicilianas hacen negocios por medio de la electrónica y los "adolescentes globales" comparten "una cultura global" (...) El interés que han despertado estas versiones eufóricas de la globalización no ha tardado en desvanecerse, y las grietas y las fisuras ocultas tras su brillante fachada han quedado al descubierto. Durante los últimos cuatro años, los occidentales hemos comenzado a ver otro tipo de aldea global, donde la desigualdad económica se ensancha y las oportunidades culturales se estrechan."



3 comentarios :

  1. Los que no lo vieron no lean! je

    ¿Qué opinan del final? Siguiendo un poco la línea de arriba, tiramos una hipótesis:
    podría significar que la locura de las marcas va a terminar en una debacle que nos va a permitir deshacernos de los logos!!!

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  2. es muy bueno el Ronald asesino, parece IT! jaja

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  3. El final me hizo acordar a la canción de los piojos:

    LA TIERRA SE ESTÁ QUITANDO DE ENCIMA AL PEOR ENEMIGO

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