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La Plata, Buenos Aires

viernes, 23 de julio de 2010


Hoy toca Fernanda López Camelo en Ciudad Vieja (17 y 71), presentando su nuevo disco Suspendida. En nuestro blogroll encontramos una nota de Esteban Rodríguez que hace una crítica/elogio/reseña de la artista y su disco, dedicado a la querida Luna. Se la dejamos para que se tienten, acompañada de un videito.


ALUNADA
Por Esteban Rodríguez


“Ella también se cansó de este sol, viene a mojarse los pies a la luna.” 
Luís Alberto Spinetta

“A lo mejor llega tarde / a lo mejor no ha ocurrido todavía / Es que es de noche / Tan de noche…”
Fer López Camelo

Fernanda López Camelo es dueña de una carcajada que no hace juego con su cuerpo, una risa que compensa su mirada melancólica y le devuelve la niña que sigue siendo, la que guarda adentro y la fue corriendo de lugar durante todos estos años. La prepotencia de trabajo y el entusiasmo siguen siendo los otros encantos que definen a esta artista platense, los insumos favoritos para dar rienda suelta a los múltiples proyectos que apuesta a través de la alquimia, hecha de canciones, rock y swing.

“Suspendida” es el último disco que nos convida Fernanda grabado, como siempre, en los estudios de Alfredo Calvelo, y esta vez con algunos invitados de lujo como Juan Ravioli y Fernando Cucco.

El disco comienza como todos los días, cuando la luna se resiste a dejar la noche que habitamos hasta hace un rato. La mañana flota y se averigua en los ruiditos de fondo de la vida cotidiana, familiar. Todavía están repicando los pasos que dedicamos para perseguir el sueño que no terminaba de llegar, que se nos escapaba en otra noche eterna. La sombra de la luna se averigua, entonces, en las canciones pausadas, que suspenden el tiempo. Canciones para atravesar la noche, compuestas bajo el signo de la luna, esa luna que atrapa y contagia.

Dedicarle un disco a la luna, compañera de noches interminables, donde fuimos depositando dolores inconfesos. La misma luna que solemos acariciar con una sonrisa cómplice, cuando la descubrimos otra vez posada sobre nosotros, siendo la testigo de rigor de nuestro derrotero intimo. ¿Acaso, en noches como esas, no solemos encomendarnos a la luna? La luna suele ser también “ese claro de luna”, el consuelo nocturno para tantas preguntas sin respuestas. En ella depositamos las lágrimas que fuimos masticando durante el día que se nos escapaba de las manos.

“Suspendida” es un disco que se demora, como las noches de invierno, con lunas eternas que nos abrigan, que nos invitan a revisitar la soledad que suele sorprendernos a mitad de aquellas noches insomnes, mientras nos vamos despojando lentamente.

Medirse con la luna o ir tras ella. Colgarse de la luna o dejarse arrastrar por ella. Flotar los días con la luna a cuestas. Como sugiere también Verónica Pastuszuk, que retrató las canciones con miniaturas salpicadas de acuarelas. Una luna que nos sorprende con la guardia baja, frágil, aniñada. La luna es un barrilete para Fernanda, su talismán secreto para seguir rodando.


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