Sobre la película
“Durante seis meses he seguido a un pequeño grupo de jóvenes emigrantes de Níger en Treichville, suburbio de Abiyán, Costa de Marfil. Les propuse rodar un film donde interpretasen su propio papel, donde tuviesen el derecho de hacer y decir lo que quisieran”, dice Jean Rouch al comienzo de YO, UN NEGRO (Moi, un noir, 1958), su primer largometraje. Su protagonista, que se hace llamar Edward G. Robinson en honor a su actor preferido, es un muchacho que viaja a Abiyán en busca de dinero. No resulta fácil, sin embargo. Edward G. Robinson es pobre y apenas puede conseguir un trabajo como jornalero: “No hacemos más que cargar sacos, sacos, sacos, sacos”.
El trabajo es una parte de la vida, pero no lo es todo. Rouch lo sabe perfectamente, y por eso sigue a sus
personajes en diferentes actividades. Los sigue mientras recorren las calles de Abiyán, mientras bailan, mientras conocen chicas, se bañan en el mar, practican deportes y toman alcohol. El calor aplastante de África Occidental marca un ritmo que es a la vez ligero (la ropa escasa) y pesado (el sol blanco reflejándose en las frentes transpiradas), construido a través del jump-cut, técnica de montaje clave en el cine moderno y de la cual Rouch fue pionero. Gracias al jump-cut, Rouch logra poner en escena con vitalidad esas jornadas de novedad y descubrimiento; esos primeros contactos con una ciudad desconocida, llena de juego y color.
El retrato de la vida cotidiana de los jóvenes migrantes que propone YO, UN NEGRO y, en líneas más generales, la forma en que está mostrada la ciudad de Abiyán, no tienen nada que ver con el pintoresquismo y la mirada paternalista. Rouch mira a sus actores/personajes de igual a igual. En eso consiste, de hecho, su propuesta cinematográfica: en darle voz a esos actores/personajes, al permitirles que ficcionalicen sus vidas y adopten alter-egos para jugar con los límites del cine documental y, simultáneamente, problematizarlo. Es decir: Rouch no construye un guión basándose en las vivencias diarias de los actores, sino que les propone vivir asumiendo roles, en una mixtura libre e imaginativa de deseos y realidad. Más adelante, en películas igualmente notables, como LA PIRÁMIDE HUMANA o CRÓNICA DE UN VERANO, el director plantearía estrategias igualmente rupturistas. El hecho de que por aquellos días Costa de Marfil aún fuera colonia francesa (se independizaría poco tiempo después, en 1960) enfatiza el carácter incisivo de la propuesta de Rouch.
Jacques Rivette plantea, en un intercambio con Sylvie Pierre y Jean Narboni publicado en el número 210 de la revista CAHIERS DU CINÉMA (marzo/1969), que, al igual que en el caso de Pierre Perrault, Rouch logra trascender el valor documental de su material, reelaborándolo a partir de patrones formales precisos, y otorgándole así una cualidad poética. La cálida belleza de la obra resulta evidente, por ejemplo, al observar cómo el cineasta utiliza los espacios físicos. Los actores van y vienen al aire libre, entre desfiles, movilizaciones y bailes; peleas, levantes y conversaciones en un muelle. Las calles de Abiyán están repletas de movimiento, y tanto Edward G. Robinson como los demás personajes intentan aprovechar al máximo las potencialidades de una vitalidad que se renueva y contagia fotograma tras fotograma.
Sobre el ciclo
El ciclo se lleva a cabo cada dos jueves, a las 20:00 hs., en el aula 9 de la sede Fonseca de Bellas Artes (UNLP), calle 10 y diagonal 78. Nos cuenta Álvaro Bretal, de la organización, que "el ciclo existe más o menos desde junio, y ya pasamos películas de Chris Marker, Agnès Varda, Harun Farocki, King Vidor, Jean-Luc Godard y Jean-Pierre Gorin, Dziga Vertov y Vincent Monnikendam. El fin es reflexionar en torno a los contenidos trabajados en la materia (historia mundial de los siglos XIX y XX), vinculándolos con distintas propuestas estéticas, y simultáneamente introducir los orígenes de cada película, su contexto, a qué corriente pertenecen, las apuestas formales en juego, etcétera. Hacia el final de cada proyección se realiza una charla-debate. Si bien originalmente está pensado para las/os alumnas/os de la cátedra, el espacio está abierto para todo el público".
Próximas proyecciones
-Jueves 24/10 será VASELINA ROJA (Palombella rossa), de Nanni Moretti.
Proyección a confirmar, y por último (el 07/11 o 21/11) EXIT THROUGH THE GIFT SHOP, de Banksy.
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