Hoy y mañana toca Ismael Serrano en el Teatro Argentino, el cantautor español que de lejos parece una versión de Arjona sin los exabruptos y el mal gusto, pero que al escucharlo se encuentra a un tipo que poco tiene que ver con su eterna cara de seductor empedernido. Es a las 21 hs y las entradas van desde $160 a $220 y se pueden comprar por Ticketek o en la boletería del Teatro (de martes a domingo de 10 a 20 hs).
Va a presentar su último disco, Acuérdate de vivir, que toma su título de una de las leyendas que acompañaban a los viejos relojes, Memento vivere (Acuérdate de vivir), que para el músico es un lema necesario cuando se sueña con "un futuro donde se rompen los espejismos, en el que estallan los oxímoron en el que el desempleado encuentra trabajo y redención, un futuro que se cuela por la ventana en forma de susurro, o que encontramos en un papel escrito en la cocina, en el que los ángeles vuelven a ver arder las calles, en el que en la pared de enfrente alguien escribe un saludo de paz, un buenos días. Aunque a veces tu pena exhale un perfume muy dulce y se apaguen los cuerpos, acuérdate de vivir. En este mundo de emergencias rutinarias es indispensable recordarlo. A pesar de que el reloj consuma nuestras horas y el tedio congele nuestros sueños. O por eso. Memento vivere".
Les dejamos una entrevista de Diagonales en la que cuenta un poco lo que se va a vivir en los recitales, pero sobre todo hace incapié en su compromiso social:
–¿Con qué se va a encontrar el público en su show?
–En los conciertos estamos interpretando canciones del último disco y también de trabajos anteriores, pero insistiendo en encontrarle un cierto carácter teatral. Me gusta generar una trama argumental en el concierto y que no sea una sucesión de canciones, sino contar historias, generar un diálogo con el público, un lugar físico en el cual se desarrollan las canciones e idear los personajes.
Además, Serrano contó que Acuérdate de vivir apuesta a revertir "el concepto de que la vida es una renuncia constante". Y dijo que su octavo disco "habla de la necesidad que tenemos de recuperar la idea de que vivir ha de ser perseguir los sueños".
–¿Le parece que lo que propone es sencillo de asumir en el mundo de hoy?
–Precisamente, los momentos de crisis se deben entender como una oportunidad para hacer una revisión de lo que uno vive. En el caso de la crisis económica, ojalá sirviera para revertir el modelo que no da respuestas a los problemas de la gente. Pero en España, por ejemplo, lejos de redireccionar la cosa, se está fortaleciendo un modelo que va en detrimento de los intereses de la gente y en contra de los que nada tienen que ver con el origen de la crisis, como lo son los trabajadores.
–Sus letras siempre transmiten un mensaje optimista, ¿hay algo en lo que hayas dejado de creer?
–Sí, cada vez me cuesta más encontrar políticos que me seduzcan y me lleven a movilizarme. En cambio, cada vez creo más que la respuesta está en la sociedad civil.
–¿Y cómo se refleja eso en su música?
–Cada disco supone un paso más, que es resultado de la búsqueda de las experiencias, y uno va teniendo una mirada más global. Sabés encontrar más matices, intentás no tomarte tan en serio a ti mismo porque uno se pone cada vez más solemne.
–Acuérdate de vivir fue presentado a través un concierto digital que fue seguido en directo vía Facebook por miles de fans en todo el mundo, ¿Le parece un formato útil para llegar a más lugares?
–Hay lugares a los que no podría llegar de otra forma y también es una manera de encontrar un nuevo medio de comunicación. En España hay menos ventanas para novedades que suponen una diferencia en la estética homogénea que impera en lo que se escucha en las radios. Y este tipo de iniciativas procura establecer una comunicación inmediata con la gente desde herramientas que parecen inevitables.
Sobre la escenografía
Un sofá rojo, un contestador que resuena en el salón vacío de nuestros corazones, las paredes de papel por las que se cuela el rumor de la vida de los vecinos, alguien que entrega correo perdido, esa luz encendida que asoma por la ventana y que contemplamos desde la calle preguntándonos qué color tendrá la vida que alberga esa casa lejana en la que habitarán, suponemos, gente como nosotros, hombres y mujeres que sueñan futuros imperfectos mientras un viejo disco gira olvidado, llenando la habitación de luciérnagas. Parte de esto, o de algo parecido, formará parte del escenario en el que se desarrollarán los conciertos de Acuérdate de vivir
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