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La Plata, Buenos Aires

jueves, 7 de octubre de 2010


Lo mejor de tener este blog es poder tomarse un tiempo cuando uno lo necesita, para evitar desgracias como las que se cuentan acá. Habiendo recuperado el aliento, y después de haber acutalizado la agenda, les dejamos una entrevista de Diagonales a Malhú, una banda platense de ska y reggae. Al final un video del año pasado, tocando en una jornada solidaria en Parque Saavedra.

Pueden leerla mientras escuchan algo en su MySpace.

Vía Diagonales:
Baila mi negrita baila/ como suda y se ve tan buena./ Baila mi negrita, baila/ la canción popular que suena./ La canción popular/ la que te quiero ver bailar./ ¡Rebelde! Ragga Punky party/ ¡Rebelde! Espíritu rebelde/ 'La palabra popular es la palabra de Dios'", cantaban los Fabulosos Cadillacs desde "Ragga punky party rebelde" canción incluida en el disco Rey Azucar, editado en 1995, hace ya 15 años y cuando muchos de los integrantes de la banda Malhú atravesaban la infancia.

Malhú nació en La Plata a fines de 2008, a puro reggae, ska y cumbia, aunque se toma como fecha fundacional el primer show en vivo, habrá que situar tal mojón en el mes de mayo de 2009. Ese espíritu festivo que Flavio Cianciarulo concibió en aquella canción se halla presente a lo largo de todo el repertorio de estos músicos platenses, que también reflejan desde sus letras ciertas inquietudes políticos-sociales latinoamericanas. "Empezamos a juntarnos con la idea de armar una banda de reggae y ska, pero pensando en un proyecto serio, sin colgarnos. Empezamos a tocar y al toque empezó a fluir, y después de un mes y medio de ensayar ya teníamos como 10 temas, y eso hizo que nos embaláramos", explicó Martín Zanini, responsable de la voz y la guitarra. "Al principio éramos cuatro o cinco y después se empezó a sumar la gente. Salimos a buscar músicos porque nos faltaban integrantes. Llegaron, empezamos a tocar seguido en distintos lugares sin hacer ningún tipo de distinción hasta que nos volcamos a grabar el disco", suma su voz "Egón" Gicolini, bajista de Malhú. Y esa idea de inmediatez es redondeada por Zanini, quien aclara: "grabamos todas las bases de nuestro disco antes de tocar en vivo por segunda vez. Grabamos las bases de 12 temas y después empezamos a grabar todo lo demás porque somos un montón".

–¿Cómo fue esa experiencia?
Martín Zanini: –El proceso de grabación y mezcla lo hicimos todo nosotros de manera independiente, en estudio grabamos sólo la batería y el bajo. Y el resto por nuestra cuenta a lo largo de un año. En el medio también nos agarraron las vacaciones, y otras cosas que un poco nos frenaron, y logramos sacarlo ahora después de laburar bastante. Al ser una banda independiente y nueva te recuesta sacarlo, pero hicimos un esfuerzo entre todos y lo logramos. Lo presentamos a fines de agosto en la Estación Provincial y quedó muchísima gente afuera. Así que estamos viendo como lo seguimos presentando pero con la idea de tocar en todos lados porque nos encanta, nos divertimos y además vemos que la gente la pasa bárbaro.

Muchas veces en grupo de tres o cuatro integrantes suelen aparecer diferencias o roces propios de la interacción y la convivencia artística. Aún más difícil debe ser llegar a buen puerto siendo nueve. "Es un grupo que dentro de todo nos llevamos bien, y mucha gente -más allá de los músicos- se sumó sola al proyecto. Gente que nos ayuda, que se ocupa de la visual del escenario, que reparten panfletos, que no tienen nada que ver con nosotros pero que después de vernos se copan con lo que hacemos y se suman. Y en una banda es fundamental, porque no es sólo tocar", comenta Egón.

–A veces estar pendiente de lo extramusical hace que uno llegue cansado a la fecha.
M.Z.: –Sí, y lo que empezamos a notar es que a falta de gente idónea en diferentes temas te empiezan a fallar cosas que ninguno de la banda sabe hacer.

Ricardo Pelatti: –Eso de ponerse en rol de músico y manager, te agota. Lo hacemos con ganas porque queremos ser independientes. Tranquilamente podríamos buscar un representante que nos cobre cada vez que tocamos y esas cosas, pero no da y no nos interesa. La onda es ser independiente y contra todas esas cosas luchamos todo el tiempo y nos tenemos que acostumbrar a eso.

–Para un trío es difícil encontrar un lugar para tocar, me imagino lo que será para ustedes.
E.G.: –Es difícil hasta coordinar un ensayo.

M.Z.: –Es muy difícil todo, y además es verdad que hay lugares en los que querés tocar y no entrás. Al Varieté no podemos ir; a Pura Vida que es un lugar copado, tampoco. La mayoría de los escenarios son para cuatro.

Mauro Cacace: –Somos concientes que al ser nueve se complica. Nos la pasamos saltando arriba del escenario, así que necesitamos un espacio amplio por la escena que tenemos, en ningún momento nos quedamos quietos.

M.Z.: –La banda es re festiva.

Ezequiel Neme: –Y a la vez son pocos los lugares que hay para tocar y cada vez cierran más.

E.G.:  –Hacen mierda la cultura cerrando todos los lugares, y es un garrón. Tenés que luchar contra todo.

R.P.: –Y si querés tocar en un lugar con un buen escenario y un buen sonido, tenés que bajar un billete importante.

M.C.: –Sobran los bolicheros garcas.

E.G.: –Los de La Plata y los de toda la Argentina son regarcas.

M.Z.: –El modo en el que se le gana a estos bolicheros es llevando gente, como se le gana a cualquiera que tenga poder. Con la gente vos pasás a mandar.

M.C.: –Sabés que siempre vas a tener que lidiar con lo mismo. Ahora por ahí está un poco más accesible que antes, ahora por lo menos hay fechas.

–Seguramente una buena alternativa son los centros culturales…
E.G.: –Donde más nos gusta ir a tocar es a los centros culturales, es donde nos sentimos más a gusto.

M.Z.: –Porque es un espacio donde no te cobran para tocar, te tiran buena onda. Vos vas a boliche, te cobran un fangote de plata, tenés que pagar el sonido y no te dan ni una cerveza.

E.G: –Y además, le llevás 150 personas, hace 8 mil pesos en una noche y vos tenés que comprarte la cerveza. Te dice: 'te la vendo con descuento a 8 pesos, porque vale 25'.

"Somos una banda nueva y por el poco tiempo que hace que estamos tocando hicimos un montón de cosas", aclaran los músicos, que remarcan desde la génesis del proyecto "la banda nació pensando en ser una fiesta, y que la gente que estuvo en el primer recital siga yendo habla de que esa idea es contagiosa, y prende. Eso está bueno".



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