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La Plata, Buenos Aires

viernes, 29 de octubre de 2010






Hoy toca La Teoría del Caos, en Snooker Bar (5 y 46), entrando en los primeros minutos del sábado. La banda es liderada por Seba Coronel, también cantautor solista, sobre quien Diagonales escribió la nota que les dejamos.


Para escuchar mientras se lee: http://www.myspace.com/eslateoriadelcaos


Seba Coronel anda con lo puesto. Y eso es mucho más que unos jeans gastados, un paquete de cigarrillos y un tesoro de canciones. Bajo su apariencia y su tono apacible, lleva un cabeza inquieta y  efervescente; bajo su cabello cayendo sobre su frente, asoman su ojos entreabiertos, entredormidos, capturando los paisajes urbanos con la naturalidad del que va en bicicleta. La primera impresión que da el cantautor, sobre el escenario, es la de un tipo algo sombrío. Su voz grave de textura rugosa pero versátil que se anima al susurro o al falsete, a veces suena intensa y otras, con sofisticada desidia. Los tonos menores y  la omnipresente melancolía alternan con  poderío rockero, ya sea cuando actúa solo o cuando lo hace con banda. La segunda impresión, más grata aún es que al bajar d el escenario, Coronel transita su camino lejos de las impostaciones tan usuales en su rubro. El santafecino criado en Junín y radicado en La Plata, habla como en sus canciones: genuinamente, tan apasionado como despreocupado, tan seguro como inocente. En Mayo se llama su único registro discográfico, un compendio de cinco canciones tan rockeras como melódicas, con letras sobre pérdida y añoranza, con un sonido crudo (algo así como Estelares pre Baleirón) y la espontaneidad melódica y lírica del Calamaro de Nadie sale vivo de aquí.
En mayo (grabado en el 2009, lo hizo junto "a amigos que se coparon para tocar: el  Tano Santiago Peri en la guitarra, Alvarito en el  bajo  y el señor Sebastián Alonso en la batería) no requirió mayor razón ni criterio artístico que una necesidad superior: ni siquiera fue una selección. La gran mayoría fueron escritas y hechas en mayo. Y por eso se sacó en ese contexto, no más. No hice una gran selección de temas, simplemente eso porque estaba en un proceso que los tenía que sacar sí o si. En algún momento las canciones  se van poniendo viejas y me aburro de tocarlas. Igual las tengo que seguir tocando".
Coronel alterna etapas a la hora de componer. "Hay momentos en que tengo muchas ganas. No sé si ganas. Hay un click y empiezo a hacer canciones  y después paro, por cosas que se van dando. Si tuviese tiempo para trabajar solamente de esto, creo que estaría todo el día haciendo canciones…y buenas."
Espectador y actor de lo cotidiano, algo así como un bohemio sin ambiciones pseudo intelectuales, Coronel paladea la ciudad y ella le despierta sus mejores melodías. "Por lo general voy caminando o en la bici tarareando cosas. Pero después llego a mi casa y me las olvido. Antes cuando tenía un celular que grababa lo hacía ahí, en la calle".
La primera vez es todo un asunto. Pero no se asusten: un caballero discreto como Coronel no tiene memoria…y por ello no recuerda cual fue la primera canción que mostró públicamente. "En Junín, creo que fue, terminando el secundario. Con una amiga, creo que fue en una feria de algo. Y no recuerdo del nombre de la canción, ya ni la toco, debe ser muy vieja".
Al poco tiempo, ya estaba en la ciudad de las diagonales  y así recuerda su acogida. "Llegué acá tocando con Dados, la banda de Junín. Hacía pocos meses que estaba acá. Después me separé, porque quería ir buscando otra cosa. Y me influyó todo de la ciudad. Estaba en una pensión, así que había muchos estudiantes. Creo que uno de los que me dio un empujón muy grande para tocar fue Pablo Matías Vidal. Me decía "tenés buenas canciones, andá, mostralas". Tenía canciones pero no sabía como manejarme… hoy en día tampoco. Es imposible saber como se puede llegar a manejar".
Entre sus gustos locales destaca a la banda Pérez (en verdad es porteña, pero adoptada por el clan de Cala Discos) y luego a sus  amigos y colegas como Vidal,  Miro, Pebedas, Seba Linux, entre otros. "El disco que está preparando Primer Hombre Internacional es muy bueno" agrega.
Hábitos y costumbres. Desde aquella llegada a esta parte fue, como todo músico, construyendo su propia voz y -como todo cantante- en el sentido más literal. "La manera de cantar se va construyendo con el tiempo y con distintas cosas. Cuando era chico yo cantaba temas de Los Redondos imitando al Indio Solari, así que nada: era eso. Cantar en base a eso. Y después dije: No, pará, yo tengo una voz. Y me puse cantar con mi voz. Y ejercitando y llevándola a la que es hoy en día. Además, otras cosas que se van dando: empezar a tomar más alcohol, fumar más cigarrillos y la voz te queda cada vez más así (risas)… En algún momento se deteriora, te da un técnica".
Esa rotura a la que se refiere parece adecuarse perfectamente a sus canciones… ¿oscuras? "No sé si es oscuridad -responde-. Ayer lo hablaba con un amigo y se refería a los acordes menores. Quizá es por eso. Pero si escuchás las letras no hay ninguna que sea muy bajón. Todas tienen de algún modo, un mensaje como "estemos bien".  Por eso, a pesar de lo que uno supondría y de aquel verso "no hagas un tango de todo" que él mismo canta, no se siente muy afín al 2x4: "Realmente no es algo que me agrade tanto… No soy fanático. Si fui fanático de algo fue de los Ramones cuando era más pendejo. Y de los Beatles ahora más de grande. Después no fui fanático de nada. El tango es muy para abajo, aunque si es verdad que siempre al final te tira algo que te deja en stand by… en eso puede que haya algo en común… pero lo hice sin querer".
Como sin querer queriendo también, ofrenda un buen tiempo a la lectura. "Soy de leer. No sé si mucho, porque no sé cuanto es. Me gusta la ficción…no soy de leer cosas que me hagan pensar demasiado porque ya tengo bastantes cosas para pensar conmigo, como para estar pensando en algo que escribió otro. Ya lo pensó él. Yo tengo mis cosas" cuenta cómicamente serio. "Los libros que más me gustan son los de Sherlock Holmes… me gustaría haber sido Sherlock Holmes. Sería muy bueno -fantasea-. Leer en cuanto a ficción, todo. Los libros que me van pasando, los voy leyendo". Si bien el Quijote inspiró una canción suya, no siente que la literatura o el cine afecten directamente a sus composiciones. "Veo las películas para verlas. Por ahí después me como durante dos semanas que soy el personajes de esa película", alucina colgado en su flash.
Le di mi vida a las canciones. "Sympathy for the devil" (The Rolling Stones), "Compro flores" (Manuel Moretti) y "todas las de los Beatles" son canciones que hubiera querido escribir. La frase Nothing´s gonna change my World ("nada cambiará mi mundo" de Across the universe) es una cita directa a los de Liverpool y "Love please" (tema de su repertorio en vivo) todo un exponente de esa buena escuela. Por su parte "Nueve doce" es aquella que, por sinceridad, debió no haber hecho. "Me olvide que ya no venías a casa/ nueve doce sentado en el sillón/ Mis problemas ya por si solos hablan/ tus costumbres me crearon adicción/ no se porque le miento al olvido si yo siempre me acuerdo de vos", reza su letra confidencial. "No sé si no la tendría que haber escrito. Por ahí no se tendría que haber enterado esa persona que era para ella. Igual las canciones hablan por si solas."
Actualmente, además de presentarse solo -usualmente compartiendo escenario con sus colegas y amigos del sello Uf Caruf- Seba Coronel le pone la voz a una banda tan inconstante como talentosa: La Teoría del Caos. "Es lo mejor que me ha pasado desde que estoy en La Plata -afirma convencido- Es lo mejor, a nivel personal. Armar una banda con amigos, que no está estable pero ya le vamos a encontrar una vuelta a eso. Está bueno, porque queremos compartir las canciones de todos los que estamos adentro. Y hacer canciones entre nosotros, también jugar a eso. Ya que tenemos una banda, ponernos a tocar, ensayar, que en los ensayos está todo bien, tomás unos mates una birra, un vinito, y sale hacer música entre todos. Es lo mejor."
A los 17 años le regalaron su primera guitarra, pero ya hacía canciones "desde antes con la guitarra que un amigo me había prestado. Cuando tuve la mía, estaba todo el día" dice y agrega con solemne jocosidad: "Bah, siempre estoy todo el día tocando". Es que el hombre de la voz grave celebra no hallar del todo un método y conservar el espíritu lúdico: "Creo que no voy a dejar de jugar nunca, sino me aburriría demasiado. Si me aburro de hacer canciones, no le voy a encontrar sentido a nada". Y prosigue con toda una declaración". Creo que vivo para hacer esto. Vivo haciendo esto, no sé si para hacer esto. Hoy en día lo vivo haciendo y me gusta así: jugara a hacer canciones y no me importa después el porvenir de eso. Si bien grabo discos y todo eso, lo hago porque me moviliza a mí que esto se muestre. No tengo otras intenciones". Las esquinas están vacías y Coronel se retira con su bicicleta, campante bajo el sol. Nada cambiará su mundo… excepto las canciones. 

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