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La Plata, Buenos Aires

lunes, 25 de abril de 2011

Vía LaVaca
Se lanzó el proyecto, nomás. Sonar Tevé es impulsado por la FAMI (Federación de Músicos Independientes) y representado por la UMI (Unión de Músicos Independientes). El ECUNHI recibió el miércoles a diversos artistas y periodistas del arte para empujar (y celebrar) un proyecto avanzado sobre el primer canal público de música nacional: SonarTV.

Los rumores hablan de que el proyecto estaría aprobado por la RTA SE (Radio y Televisión Argentina), la empresa pública que administra los medios estatales. De ser así, SonarTV vendría a completar la grilla de canales estatales culturales que empezó con el deporte, la ciencia, los niños y el cine, siempre fuera de las lógicas de mercado. Así lo explica Diego Boris, presidente de la FAMI, a punto de empezar la conferencia y en charla con lavaca: “La idea es que el arte le discuta al mercado los sistemas de producción, distribución y difusión. Que no sea un canal tipo MTV, sino que además de videoclips, tenga documentales con historias, contenidos sobre educación musical, reportajes, se cubran los festivales de distintas provincias, etc.”
Sacudida por el Efecto Cromañón, la escena musical porteña encontró en la UMI un espacio de contención e intercambio de voces. Así, se organizaron festivales en plena calle con cientos de bandas. También, desde que se creó en 2001, da asesoramiento técnico sobre la producción y difusión de material discográfico para los artistas; entabla convenios y acerca precios accesibles. En ese marco, han logrado poner en estado parlamentario una Ley de la Música (financiamiento que consiguió el diputado Claudio Lozano y firmaron varios del Frente para la Victoria), que intenta hacer estatal lo que la UMI viene atajando hasta entonces. Cuenta Boris: “Es una ley que intenta hacer cuestión de estado el tema de la producción, distribución y difusión de la música nacional. La idea es que tenga alguna etapa subsidiada, no toda, porque la UMI es una herramienta que genera convenios pero no tiene acceso a fondos”.

Entre otros: Miguel Cantilo, Teresa Parodi, Víctor Heredia, El Mono de Kapanga, Raúl Carnota, Miguel Grimberg, Guillermo Tello, Christian Aldana y Diego Boris
 Son éstas las discusiones que permitieron, a su vez, soñar con un canal público y estatal de la música. La Ley de Medios también ha permitido reconfigurar el panorama: “Como participamos en la Coalición por la Radiodifusión Democrática, y conocer de cerca los contenidos de la Ley, sabíamos cómo se iba a implementar la televisión digital terrestre. Desde ahí empezamos a trabajar la idea de que la música es un arte y merece un espacio para difundirse fuera de la lógica del mercado, que tiene que ver con el lucro y la comercialización”. El encuentro del miércoles, además del lanzamiento del proyecto, tuvo como propuesta comenzar a formar grupos de trabajo que organicen las ideas y sueños. Hasta ahora, el proyecto tiene representantes en al menos 9 de las provincias argentinas (recordemos que la FAMI es una organización de alcance nacional). Boris: “Eso asegura que el proyecto no quede atado al quehacer de una gestión; la idea es que se genere un Consejo asesor que pueda debatir los contenidos musicales que debería tener un canal público de música”. ¿Algunas ideas, hasta ahora? Diego se emociona: “Además de lo que ya conté, nos imaginamos especiales del origen del cuarteto contado por la Mona Jiménez, o el de la cumbia por Pablo Lescano. La idea es darle a la música la posibilidad de difundir su contenido más profundo, el transformador, el social, y también un espacio de difusión de las propias experiencias genuinas”.

Construyendo independencia
Aquí debajo, compartimos una charla inédita entre lavaca y Cristian Aldana y Esteban Agatiello, músicos y presidente y miembros de la UMI, respectivamente, que explican qué significa ser músico independiente, amplían sobre la Ley de la Música, cuentan de la UMI y hablan de cómo es estar del otro lado de la balanza del mercado.

Cristian Aldana y Esteban Agatiello son músicos independientes. Así se definen y así se sienten. Cristian, cantante y guitarrista de El Otro Yo, y Esteban, tecladista de Richter, participaron activamente en la derogación de la “ley del ejecutante musical” promovida por el Sindicato Argentino de Músicos (SADEM) y como contrapartida, proponen la “ley nacional de la música”, que está en el Senado esperando ser aprobada antes de que termine el año. Ambos pertenecen a la Unión de Músicos Independientes (UMI), que cuenta con 4500 socios,  y en sus roles de presidente y secretario buscan mejorar las condiciones de la actividad musical e impulsar la autogestión. En esta entrevista intentamos encontrar respuestas a varios interrogantes relacionados con la idea de ser un músico independiente. ¿De qué depende ser independiente en el contexto actual? ¿Independiente de qué? ¿De las grandes compañías discográficas, de un manager inescrupuloso, de  las distribuidoras, de no caer en la lógica del mercado? ¿Es ficción incompatible o un escenario posible si se obtienen las herramientas necesarias? ¿Qué cambia con la nueva ley?

La ley
El proyecto de ley de la música que elaboró un numeroso grupo de artistas durante cuatro años apostó por el método colectivo, como la mejor forma de democratizar las voluntades y que todos pudieran dar su opinión con el objetivo de reivindicar la profesión. La ley del ejecutante musical, promulgada en 2005, es del año 1958 y ya no representaba la realidad de lo que pasaba en la Argentina: “Es de antes del ingreso del rock al país y tampoco representaba a las orquestas de tango de ese momento”, aclara Esteban. La ley apuntaba a los músicos que trabajan en relación de dependencia, que en la actualidad son una minoría. Y entre otras cosas llamativas, proponía un “examen de idoneidad” para poder acceder a una matrícula, pagar una cuota de $100 anuales y cobrar los shows a través del sindicato de músicos. “Se iba a armar una caja recaudadora. El SADEM no nos representa porque la mayoría de los que están en la comisión directiva no son músicos, no daba respuesta a las necesidades que tenemos. Nos juntamos más de 1500 músicos en el Bauen para rezongar por esta ley y ahí nos pusimos de acuerdo en que había que derogarla, logramos hacer una reunión en la Casa Rosada con el presidente en ese momento, que era Néstor Kirchner, pidió disculpas porque pensaba que esa ley nos iba a ayudar y nosotros nos comprometimos a empezar a trabajar por una nueva. Fue un momento histórico. A partir de ahí se organizaron grupos de trabajo y todos podían participar” relata Aldana. Armaron un borrador y como uno de los principales puntos de la ley, decidieron que era una buena idea incluir la creación del Instituto Nacional de la Música, la posibilidad de difusión de eventos, vales por horas de grabación, masterización, diseño de arte, impresión de gráfica promocional y poder contar con más presupuesto para distribuir entre mayor cantidad de músicos.

¿Qué repercusión tuvieron de los medios más tradicionales, el sindicato,  las compañías discográficas, lo que constituye la industria de la música?
CA: Nosotros siempre trabajamos por la positiva. Necesitamos una ley, y seguramente la industria también, que nos dé posibilidades de hacer música en la Argentina, desde lo que es en vivo hasta la forma de producir, y siempre buscamos poder juntarnos con todos para poder enriquecernos. Abrimos la puerta y la mayoría participó, la leyeron, hicieron comentarios, se habló con todos, con SADAIC, CAPIF, con empresarios teatrales, la ley abre la puerta para que todos participen. Se le mandó la ley a un montón de músicos conocidos, todos la apoyan. No va a resolver la totalidad de los problemas pero va a ser una mejora y el trabajo colectivo fue a favor de la música y no “en contra de”, lo hicimos desde un lugar de amor a la música.

De alguna forma se enfrentaron a un modelo que puede considerarse hegemónico y trataron de imponer una realidad distinta. ¿Alguien los cuestionó?
CA: La verdad es que no pasó, no lo pensamos desde ese lugar. Nosotros, como UMI, asesoramos en cuanto a derecho de autor, de intérprete, de director fonográfico, tener registrado el nombre de la banda, para registrar las canciones, pasar las planillas de shows, cómo hacer para autogestionarse.
EA: Todo eso no es menor porque esa información muchas veces se transforma en dinero, cuando tocás en un show, cuando salís en una radio. No importa lo que cobres, pero eso te legitima ante vos mismo como músico y ante la sociedad, le podés decir a tu mamá: “mirá, cobré”. Cuando sos músico te dicen “sí, pero de qué trabajás”. Es encontrarte con otra realidad que te cambia la mirada. No queremos ser un gremio, ni una sociedad de gestión colectiva, lo que hay que hacer es que las instituciones que ya existen funcionen perfecto, no es que no queremos que haya un sindicato, está bien que haya uno que defienda a los músicos del Colón, por ejemplo, pero también queremos generar herramientas para otra realidad que termina siendo mayoría. Es mucha la música que se edita y se vende en estas condiciones que no van por el lado tradicional de la disquería y sin embargo representan una porción importante del mercado. Creemos que cada uno tiene su lugar y para nosotros ese lugar es la independencia y damos herramientas desde ahí para que después los músicos puedan utilizar al resto de las asociaciones en beneficio propio.

La UMI y los desafíos de producir en común
Cristian Aldana, junto a su banda El Otro Yo sabe bien de qué se trata ser un músico practicante de la autogestión. En sus comienzos, en el año 1988, tenían en claro que la escena del rock nacional no estaba interesada en la música que ellos proponían y Aldana salía con su mochila a distribuir los discos en las disquerías, cobraba, recuperaban lo invertido, volvían a grabar y hasta crearon su propio sello: Besótico Records. Desde la UMI, viene trabajando a favor de los artistas de la música desde 2001.

¿Cuáles son los beneficios que  tienen los socios de la Unión de Músicos Independientes?
CA: En estos años la UMI logro convenios con imprentas, fábricas de dvd, diseño web, diseño de tapa, prensa, cuerdas, arreglo de equipos, hasta con un psicólogo de músicos, con estudios de grabación. Se están fabricando 60 nuevos títulos autogestionados por mes, de todos los estilos. La UMI no es intermediaria sino que damos las herramientas para que el músico ejecute todo por sí mismo, brindamos la información para generar un nuevo modelo de músico. En los primeros años de existencia de la UMI, el concepto de autogestión era visto como “off”, al costado del mercado, se lo desvalorizaba en relación a estar con un sello. Ahora creemos que la autogestión en la Argentina triunfó porque son más de 4500 bandas, más de 3000 discos que se editaron desde los convenios de la UMI.

EA: No es el camino que nos queda sino el que elegimos. Antes de que existiera la UMI muy pocas bandas fabricaban sus discos. El mercado cambió, antes el disco era una cosa y ahora, a partir de la tecnología, eso se modificó, sin embargo se fabrican más discos que antes.

El principal objetivo a corto plazo es la aprobación de la ley, para eso se están reuniendo con los senadores de los distintos partidos para ponerlos al tanto de que la intención es crear cultura desde la música. En el ámbito local, en 2009 se aprobó la ley de concertación musical, ley de emergencia para dar respuesta a las condiciones de los shows musicales en la ciudad de Buenos Aires, que fueron modificándose en el contexto post Cromañón. Después de la tragedia el Gobierno de la Ciudad clausuró varios locales y eso entorpeció la posibilidad de tocar en vivo. Mediante una convocatoria virtual se juntaron más de mil músicos en la puerta de la jefatura del gobierno porteño para reclamar por nuevas condiciones. Para poder reglamentar la ley y ponerla en práctica, obtuvieron el compromiso del ministro de cultura Hernán Lombardi de crear un presupuesto antes de que finalice este año para que los lugares de música en vivo puedan acondicionar sus instalaciones y las bandas o solistas no tengan que pagar sonido y luces para poder tocar, “que es como ir a tomar un café a un bar y que  te cobren el alquiler de la máquina de café”.

Y también aspiran a perseverar y transmitir el camino de la autogestión a la que Aldana define como “tener libertad para poder buscar tu forma de expresión y no estar condicionado por el mercado”.  La independencia no es tarea fácil, es el arte de combinar los propios recursos de una manera autónoma. Todo un desafío.

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