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La Plata, Buenos Aires

viernes, 29 de abril de 2011

Foto: Diagonales
Todos eran mis hijos se presenta hoy y mañana, en el Coliseo Podestá (10 entre 47 y 48), con las actuaciones de Lito Cruz y Federico D´Elia. La obra es un clásico del dramaturgo y guionista estadounidense Arthur Milller, en la que denuncia el cinismo de las empresas armamentísticas. Les dejamos una entrevista de Diagonales a otro de los protagonistas, Esteban Meloni.

Vía Diagonales
Pocas son las ocasiones que realmente tiene un actor de revivir sus enseñanzas como amateur. Escasas son las oportunidades de ser parte del elenco de un clásico del teatro universal y sobre todo de tamaña magnitud.

Pero algunos son tocados con la varita mágica y esta fue la suerte –producto también  de varios años de intenso trabajo y dedicación– que le llegó al joven actor Esteban Meloni, quien protagoniza junto a Lito Cruz, Ana María Picchio, Vanesa González y Federico D´Elía Todos eran mis hijos, que llegará esta viernes a las 21.30 y el sábado a las 21 al teatro Coliseo Podestá (10 entre 47 y 48).

La pieza de Arthur Miller pone en escena los conflictos de una familia estadounidense golpeada por la Segunda Guerra Mundial. Joe Keller (Lito Cruz), el carismático patriarca, es un próspero comerciante y miembro respetado de la comunidad. Kate Keller (Ana María Picchio) vive aferrada al anhelo de volver a ver a su hijo Larry, piloto del ejército desaparecido en acción. El cuadro familiar se completa con Chris Keller (Esteban Meloni), heredero del negocio de Joe. Pero la apacible cotidianeidad de los Keller se ve amenazada con la llegada de los hermanos Anne (Vanesa González) y George Deever (Federico D'Elía). Su presencia develará un secreto largamente guardado.

Este clásico cuya adaptación fue realizada por puño y letra de Claudio Tolcachir,  "es una obra que despliega en su trama una actualidad abrumadora. Es una de esas maravillas de Miller que nos hace volver a cuestionar los valores más básicos de una sociedad que parece haberlos olvidado hace mucho. Y si bien la época en que transcurre nos remite al pasado, el debate moral al que nos somete nos coloca irremediablemente en el presente. Así y todo, es en los vínculos de los personajes, en sus secretos, en sus omisiones, donde se ubica el núcleo de la obra. Y esta posibilidad de investigar en las relaciones humanas fue la razón por la que elegí dirigir esta obra", destacó el director.

Por su parte, el joven protagonista de esta pieza estadounidense de los años '50, Esteban Meloni, confesó a Diagonales que "esta obra la había leído a los 18 años, cuando empecé a estudiar teatro con Serrano y me enamoré del texto, de la obra, me pasó como un amor a primera vista. Después la trabajé en las clases. Pasó el tiempo y cuando me hicieron esta propuesta lo que más me sedujo fue el texto, que, obviamente, me facilitó haberlo trabajado anteriormente. Hacer Todos eran mis hijos, hacer una pieza de Miller, es como tocar el cielo con las manos para un actor, por su dramaturgia, porque es una gran obra, por su texto comprometido, profundo. Habla del ser humano, de cosas que a mí me interesan hablar, que en general, en otras obras no sucede”.

–¿Cómo se sitúa una obra de los años ‘50 hoy en día?

–La verdad que no hay diferencias, porque habla de lo humano, de la responsabilidad, de los padres e hijos, de las familias, de los secretos. Son temas universales y que son más actuales que nunca. Acá el disparador fue el contexto de la Segunda Guerra Mundial pero perfectamente puede ser cualquier otro, de hecho en nuestro país tenemos hechos clarísimos de actos de irresponsabilidad muy grande, y no necesariamente son la guerra. Habla de un hijo desaparecido, de la relación padre-hijo, tiene varios temas la obra. De hecho, las grandes obras siempre son universales, porque sus temáticas son universales e identifican a mucha gente.

–Y lo acompaña un elenco impresionante…

–Claro, cuando me llamaron yo estaba haciendo Agosto… con la misma productora, que es la de Daniel Grinbank. Él me propuso irme de la otra obra para empezar a hacer Todos eran mis hijos y para mí era una garantía porque era Daniel quien me llamaba y confío mucho en su trabajo, y además elige obras cuyas temáticas me interesan mucho. También la dirigía Claudio Tolcachir que es quien me dirigió en Agosto... así que también lo conozco mucho a él. Después me enteré que iba a estar Lito Cruz, Ana María Picchio, Federico D`Elía, Vanesa González.

–¿Qué repercusiones tiene trabajar con Lito Cruz con Norma Aleandro anteriormente?

–Para mí es muy emocionante, porque yo sueño con esto desde que soy chico. Vengo de trabajar en teatro y hacer estos personajes, codearme con estos autores que admiro tanto, es increíble. Hay una frase de no me acuerdo quién que dice que si en esta profesión sos constante y trabajás duro, podés llegar a tener la suerte de trabajar con tus ídolos y eso es un poco lo que me está pasando a mí. Mucho agradecimiento por esto, mucha emoción.

El pase. A Meloni lo convocó el productor Daniel Grinbak para esta nueva propuesta. Mientras ensayaba Todos eran mis hijos, continuó con las funciones de Agosto… hasta que llegó el reemplazo.

–¿Se arrepintió de haber optado por esta obra?

–No, porque Agosto fue una obra bendecida por muchos factores. Primero porque fue un gran éxito, también por el elenco y para mí fue muy importante hacerla. Y hacer Todos eran mis hijos significa un crecimiento muy importante como actor, porque es un rol protagónico, porque el autor es un clásico del teatro, es enorme Miller.

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