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La Plata, Buenos Aires

viernes, 1 de abril de 2011


Martín Urdangarín, alias Patin, acaba de editar su primer CD: El Changarín, y esta noche va a mostrar de qué se trata en Underground (8 y 42). Les dejamos la nota de Plaza Demo, y no mucho más porque fue lo que encontramos (y porque es tarde).

Para escuchar mientras se lee: http://www.myspace.com/pateeen 


Vía Diagonales

A mí me gusta contar historias, por eso me gustan mucho los cantautores, pero me gustan más cuando hacen una canción de amor pero la contextualizan, y que si hablan de política también lo contextualizan o explican el por qué. Mientras más historia haya en la canción la hace más linda, creo que todas las personas tienen historias para contar y eso se puede conjugar con lo lindo y lo atractivo que tiene la música en la vida, creo que eso está bárbaro”, introduce en el diálogo con El Demo, en torno a qué le gusta contar desde las canciones, Martín Urgangarín o Patin, como decidió llamarse para este proyecto. “Patin” escrito sin acento aunque debe leerse “Patín”; sí, con el acento.

–¿Cómo nace esta excursión solista plasmada en el flamante CD El changarín?
–El proyecto nace porque mis amigos me insistían con que saliera tocar. Venía tocando en bandas: en Emesis (del 2002 al 2004), después me metí en Inside (2005 al 2007), todos grupos con los que salimos a tocar bastante. En un momento, decidí terminar de estudiar y todos empezaron a preguntarme por qué no salía a tocar con mis canciones, me invitaban y yo iba con mi guitarrita, hasta que me decidí. Hice varias presentaciones, fue bastante gente, me puse a grabar el disco y busqué lo mejor. Como no tenía laburo me puse a trabajar de changarín para ahorrar y pagarme la grabación del CD. Después me salió laburo en el sindicato de metalúrgicos.

–¿Dónde grabaste el disco?
–Fuimos a grabar con (Alfredo) Calvelo, que es un tipo increíble laburando, honesto, que si te tenía que decir que para él las cosas no eran te lo decía, cosa que no es fácil de encontrar en un ingeniero de sonido y mucho menos en la persona que te grabe. Además trabajó junto a Ezequiel Dobrovsky, que es mi productor. Fue grabado en muy poco tiempo y tiene una calidad aceptable.

Pero con el disco terminado surgió una pequeña traba, casi una cámara oculta de Tinelli, ¿Tinelli? Sí, el parece estar en todas partes. “Terminé de grabar hace un año pero no podía editarlo porque tenía problemas legales, si no registraba los temas, si registraba el nombre. Cuando fui a registrarlo no pude porque Ideas del Sur me lo prohibió, porque era patín y no podía hacer una protección total de Patín como artista, tuve que esperar unos meses, leer cuáles eran las posibilidades y registré Patin solo como producto musical. Edité el disco y empezó a moverse, yo como todo musiquero solista muevo todo lo que puedo, hay repercusiones y han salido recitales por toda la provincia, municipios, agrupaciones políticas, sociales, y te dan más ganas de salir a tocar”.

–¿Cómo surgió la necesidad de armar la banda?
–Como instrumentista soy bastante malo así que siempre tenía que llamar a dos o tres amigos. A la segunda presentación era evidente que necesitaba la banda, me puse a buscar amigos, todos músicos zarpados, excelentes, y salimos a tocar. Son personas que se ponen la camiseta del proyecto, se nota que les gusta y no que te hacen el aguante como músicos porque son tus amigos. Los dos recitales fueron a dos guitarras o a guitarra, piano y voz. Yo siempre cantando y tocando el charango.

A la hora de hablar, y utilizando un término futbolístico (aun cuando quien escribe esta nota está absolutamente en desacuerdo con aunar ambas pasiones), Patin no se pone ningún cassette. Para muestra de ello basta su respuesta a la pregunta: ¿Qué música suena en tu casa? “Soy bastante bizarro con los gustos musicales. He ido a ver altos cumbieros; a Damas Gratis; a Los Pibes chorros; a Almafuerte, que me encanta; Catupecu Machu; Árbol; Kapanga; Carajo; ir a ver a Rescate, que hacen rock evangelista y me pareció de los mejores recitales que vi en mi vida, aunque uno no comparta el 100% del mensaje, es una buena banda y tiene lindos temas, y me gusta mucho el vivo, aunque creo que ese día hicieron playback porque sonó muy bien. Miranda! me encanta y todo lo que tiene que ver con solistas: Kevin Johansen me gusta mucho, Axel Kriger también me parece interesante lo que hace, más lo cantado que lo instrumental que no me conmueve”.

–Sé por otros intercambios que hemos tenido, que tenés una opinión formada en cuanto al manejo de los bolicheros…
–Cuando nosotros arrancábamos con Emesis o Inside, tocábamos con Plupart, la primera parte de El mató, también tocamos con los Encías Sangrantes, hace bocha de años. Había en los '90, otro tipo de organización, que era el bolichero que te cobraba por tocar pero con precios muy accesibles que por ahí con vender 10 entradas a un valor muy bajo, cubrías los gastos y te quedaba plata. Yo no estoy encontra de que el bolichero quiera vivir pero tampoco que no pretenda que le llenes el boliche, que le pagues por tocar. Después de la tragedia de Cromañón los boliches que la estaban peleando de abajo tuvieron que cerrar, los que sobrevivieron tuvieron que aumentar sus valores. Hay mucha especulación detrás de todo, que es la que hay hoy día. A mí me pone triste porque las bandas necesitan salir a tocar, porque es lo que le da la identidad, pero que accedan a arreglos bizarros suena a hasta inverosímil, que vos por tocar en el Teatro con la gente de la mierda esta del Ciclo P tengas que pagarles una luca, no puedas presentar planilla y te exploten a vos y que encima después a tus propios amigos, a tu gente o a los que les gusta tu música tengas que reventarla para que te vayan a ver. El otro día un amigo me dijo: 'toco con el cuarteto de nos en Capital', 'Huy que bueno -le dije- y ¿cuánto está la entrada?' '65 pesos', 'Y le dije: ¿te parece tener que vender 50 entradas a ese precio para tocar con el Cuarteto de Nos?'. Es por eso que muchos bolicheros me odian y muchos centros culturales me aman. Cuando organizo mis recitales intento no matar a la gente con un precio inaccesible porque me parece que la gente hay que respetarla y cuidarla. Me están saliendo muchos recitales en parrillas y tengo ganas de llevar el espectáculo a otros lugares, y salir del circuito del bar o del boliche. El centro cultural es lo que más me identifica, pero tengo ganas de ir a otros lugares.

Cuasi como un Roberto Arlt de la música, Patin caminó la calle, se relacionó con distintas personas y todas esas vivencias quedaron plasmadas de la mejor manera en un CD. “Trabajé cuatro o cinco meses, iba al Mercado Central cada cuatro días a las cuatro de la mañana, levantábamos cajones, negociábamos precios con los vendedores, y fue ahí que compuse el tema ‘El changarín’ porque me acuerdo que llegó una camioneta con un tema de Los Palmeras, que me encantan los fui a ver a Colón, y era un tema que me encantaba que dice: “Dame un beso, dámelo ya,  que me muero si no me lo das’, e hice un reggaeton, pero es un reggaeton con un bombo legüero, una guitarra loca y soniditos de cumbia, pero la de los '90 no la de ahora y salió el tema”.

Todos aquellos que deseen descubrirlo sólo tendrán que acercarse el próximo viernes a las 23 hasta Underground (8 y 42). Fiel a sus convicciones “la entrada va a estar 10 pesos o 15 con el disco”. Porque el artista sabe de qué se trata ganarse el mango. “La experiencia a mí sirvió para darme cuenta de eso pero también de como le gusta laburar y estar bien. Vivo en Villa Catela, que es un barrio conflictivo, muy pesado. Y es muy triste, y es triste ver esas realidades, pero también en el barrio donde vivo veo que la gente está progresando, está creyendo en el gobierno. Soy kirchenerista, lo reconozco, me encanta y me hago cargo, no ando en la especulación de otras bandas que nunca dan su opinión y tienen una opinión neutra de la realidad y sin embargo, cuando los llaman a tocar en los actos políticos de Pacharotti van y tocan. Me parece bárbaro que quieras tocar, pero hacete cargo. Yo me hago cargo. En el barrio veo que las cosas están bien, y ver que la gente quiera laburar y crecer, me pone de buen humor".

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