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La Plata, Buenos Aires

viernes, 10 de septiembre de 2010


Les dejamos una nota de Diagonales a la banda rocanrolera local Perrodiablo. Proponen arder a lo bonzo, y terminan prendiendo fuego al Bordo, que estuvo tocando el finde pasado por estos pagos. Diría Charly: "Como decía Billy Bond, ¡rompan todo!". Ah, y un video al final.

"Cuando entramos a un estudio a grabar, rompemos el sonido, lo saturamos y queremos que el técnico nos deje grabar eso"; "Lo que hacemos son canciones en medio de un caos eléctrico"; "Si tuviésemos que elegir entre tocar en vivo o grabar discos para el resto de los días, siempre elegiríamos tocar en vivo"; "Una sociedad frívola es más difícil de controlar"; "el rock implica asumir riesgos"; "El tiempo de hoy te propone una abulia permanente", fueron algunas de las máximas disparadas por los integrantes de El Perrodiablo, banda de rock sin "pasteurizar", a lo largo de la hora de charla con Plaza Demo. Con dos discos en la calle La bomba sucia (2007) y Orgía políticamente correcta (2009) son files a aquel axioma enarbolado por Neil Young en el tema "Hey, hey, my, my" incluido en el LP Rust Never Sleeps y que proponía: "es mejor arder que desvanecerse". Para corroborar tanta combustión en vivo, desde su propia web los músicos aclaran: "Hay bandas que hacen rock y otras que no hacen rock pero lo interpretan a puro estereotipo. Nosotros lo hacemos, lo sentimos y tocamos el Rocanrol como lo que es: Rock. Canciones urbanas en el torbellino eléctrico de una celebración de fiesta. No son vacaciones raras, sino que somos cabrones intentando asegurarse la inmortalidad en 40 minutos de show, una ceremonia ritual para hacer del mundo un lugar menos peor. Esta es la vida que llevamos, es la vida que elegimos. Y hay una sola garantía: Ninguno de nosotros verá el cielo".

El próximo viernes, a la medianoche, la banda de Doma, Chaume,  Lea, Nico y Alfonso pisarán el escenario de Pura Vida (diagonal 78 e/ 8 y 61) -junto a Prietto viaja al Cosmos con Mariano y Latin lovers- para mostrarle a buena parte del público platense como "debe" arderse en escena. Antes una charla sin tapujos en la que sonaron la actualidad del rock nacional, el sistema, el sonido y el rock, hubo mucho rock.

–Empecemos hablando del sonido Perrodiablo.
Doma: –Fue más una consecuencia orgánica de lo que somos nosotros, que una búsqueda premeditada. Hay una elección, un camino como implícito, y sabemos a qué queremos sonar pero no es que deliberadamente dijimos: 'no, no sonemos como Linkin Park'. Sino que tenemos determinadas referencias de sonido, quizás más ancladas en tiempos atrás, en New York Dolls, Stooges, como una cosa más primaria, más primate, que una cuestión demasiado depurada de sonido, sobretodo porque en un punto no nos terminaría identificando.
Chaume: –Es el sonido que mejor representa a las canciones.
Lea: –Las canciones son directas y el sonido también.
Doma: –Otro sonido debería tener un trabajo muy particular. No creo que con un sonido tipo Tipitos se podría lograr tener la génesis de lo que somos nosotros.

–De todos modos son concientes de que si pasaran por las manos de lo que se considera un productor de una discográfica, seguramente él buscaría pulir lo que escucha como un defecto.
Chaume: –De hecho hemos discutido mucho con Matías del estudio Argot, que fue la persona que nos grabó, o mejor dicho intercambiamos opiniones, tratando de hacerle entender lo que queríamos. Cuesta mucho explicarle a un tipo que te graba, que dice 'las cosas son así', 'lo correcto es así' y te plantean cosas técnicas que desconocemos. Rompemos el sonido, lo saturamos y queremos que nos deje grabar eso.
Doma: –Eso no quiere decir que dentro de lo que es el sonido nuestro, no podamos ir afilando cosas mejor o sacar algún tipo de provecho de algún sonido.
Chaume: –Creo que el que lo escucha tiene más para buscar, que algo que ya te lo tiran. Lo escuchás y por ahí tenés que prestarle un poco más de atención a algunos detalles rítmicos, que ocurren adentro de ese huracán que es la música, detalles que son para encontrarlos.
Doma: –Lo que hacemos son canciones, en medio de un caos eléctrico, pero son canciones. Nosotros no estamos en el extremo de que nuestro material está mal grabado, sino que está grabado en algunas condiciones particulares.
Chaume: –Muchísimos discos que nos gustan suenan de esa forma, por ese camino.
Doma: –Con un sonido roto en algunas cosas o algunas saturaciones, elegir porque una guitarra salta del plano en determinada parte de un tema y eso no es muy común, porque las bandas buscan un sonido muy pasteurizado. No todas, por ejemplo El Mató no lo busca, y aunque se emprolijaron, la génesis sigue estando. El sonido es lo que buscamos, nuestra referencia y lo que nos representa. Ojo que es un tema delicado, porque a mí también me gustan que me pasen en la radio, pero sería retrucha una canción nuestra hecha recontraprolija, sería una berretada, porque pierde la esencia. Pensá que si a nosotros nos ponen una pistola en la cabeza y nos dicen: "qué prefieren: ¿tocar en vivo y nunca más grabar un disco o grabar discos siempre y no tocar nunca más en vivo? Elegiríamos grabar en vivo y no grabar nunca más un disco.
Lea: –Eso no quiere decir que no nos guste grabar. Cuando grabamos el segundo disco, yo había entrado hacía poco a la banda y fue toda una experimentación no sólo mía sino de todos. Yo ingreso y se hace un abanico del tipo "a ver lo que sucede", "qué aparece". También hay experimentación. Hay mucha libertad.
Chaume: –Nosotros grabamos a la vieja usanza, con todos tocando en vivo. Y te dicen que eso no se hace más.
Doma: –Y así está la experiencia del primer disco cuando fuimos a grabar. Y aparecen cosas del estilo: "si la banda somos cinco tipos tocando en vivo todos juntos, ¿por qué ahora uno tiene que tocar solo en una habitación tocando con un auricular". Si la banda no es eso. Eso no quiere decir que por ahí para el próximo disco no flashemos y digamos: "pede haber una percusión en tal tema" o "podemos tener un sonido más limpito para este otro tema". Y eso nunca va a ser desde el lugar de la careteada o pensando "haber si hacemos un tema para que lo pasen en la radio". Porque los niveles de lo que pasan en las radios es una verdadera mierda hoy por hoy. Para nosotros en este momento sonar así es un poco romper con todo eso desde nuestro lugar ínfimo de banda. Es una declaración de principios. Somos una banda de rock and roll y algo tenemos que romper, eso es así. Sino andá y hacé otra música.
Chaume: –Es una declaración nuestra, hoy nadie suena así, por lo menos en la radio.
Doma: –Es lo que te comenté alguna vez. En el Sí! de Clarín nos pusieron que nosotros no teníamos problema en sonar como sala de ensayo, y no. Y no me molesta, ¿Cómo que tengo que sonar, como Bono? "Un, dos, tres, catorce". Está todo bien, pero no me interesa sonar así.
Lea: –No es la búsqueda nuestra.
Doma: –Hablamos de otra cosa. Porque Bono gana yates, aviones, ballenas y nosotros no ganamos nada.
Lea: –Él gana ballenas y las tiene en la pileta en el fondo de su casa. Y nosotros ganamos los sábalos muertos de Punta Lara. (risas) La música, el espacio y el lugar, aportan también su connotación.
Doma: –Es algo contradictorio plantearte querer hacer rock & roll y terminar siendo El Bordo. No concibo el rock en esos términos, como una cosa totalmente pasteurizada.
Lea: –Siempre buscan los mismos arregladores y todos terminan sonando igual. Y si te ponés a buscar vas a descubrir que son los mismos productores, los mismos estudios.
Doma: –Es muy loco. Por eso por ahí respeto más a La Renga, sin gustarme que El Bordo, que tiene una masa de público que le garantiza una determinada libertad y sin embargo hacen un rock como para seguir ganando dinero. Esa es la sensación que da, yo no los conozco a los de El Bordo, pero es la sensación que me dan como público, escucha, lo que transmiten es la idea de querer seguir ganando más dinero. Y son preceptos que los maneja una sociedad que es una mierda, y el rock, mínimo algo de rebeldía debería tener contra eso y sin embargo, están totalmente amoldados a eso. No hay una experimentación, una búsqueda de decir: "vamos a hacer algo que sea más representativo". Lo he hablado mucho con ellos, yo respeto más a Don Lunfardo, que el tiene en el último disco un material mucho más enroscado y que respondía a una inquietud de ellos de sacarse de encima ese sonido más industrial, y podían haber seguido haciendo un rock para las masas, para las banderas y todo eso. Hicieron un disco que te puede gustar o no, pero apelaron al rock como un riesgo, y que para mí es un valor en sí.

–Y qué sería del rock sin riesgos.
Doma: –Sin riesgos Bowie no se hubiera hecho esa imagen ambigua, porque se hubiese quedado en "no, van a decir que soy puto". Y el tipo tomó el riesgo, si querés artístico, si querés social, pero es un riesgo que trae implícito el rock. El rock es riego, una locura en general. Es una cosa medio demencial pero apasionante.

–¿Por qué creen que en los medios de comunicación se habla cada vez menos de música y cada vez más de todo lo que rodea a la música?
Lea: –Creo que lo que deberían hacer es ponerse un pañuelo en los ojos, no ver todo eso y que la música te entre por otro sentido. Por el verdadero sentido.
Doma: –Conectarte con la emoción. Porque lo que se pierde sino es conectarte con la percepción de lo que te llega, pero vivimos en una sociedad frígida. Vos pensá lo siguiente, ¿en el futbol de qué se habla? Sale con esta modelo, si Clemente Rodríguez va en un BMW o en un Honda, si le duele un poco el aductor o no, y no se habla del juego o de lo que representa en sí el juego, no se habla de eso, porque se elige tocar lo superficial. Y una sociedad frívola es mucho más fácil de controlar, cuando vos estás pendiente de las boludeces, perdés el eje de lo importante. No te exponés a nada que te incomode, no te exponés a lo distinto, no tenés que tolerar ni lo distinto ni lo que no te gusta, estás refugiado. ¿Por qué? Porque vivís en un útero, porque vivís tocando de costado, mirás las boludeces, estás pendiente de eso, y lo que te perdés es lo más importante. Lo que para mí siempre fue el rock, fue libertad. Libertad para expresarte, libertad para crear, libertad para tener esa pasión, libertad para flashearla y de ahí un montón de ramificaciones, y que el tiempo de hoy no te propone nada de eso. El tiempo de hoy te propone una abulia permanente.  Te propone estar resignado todo el tiempo, ser todos iguales. Es algo que se potenció y que llegó al rock. ¿Por qué suenan todos iguales? Porque se hacen las cosas en serie, porque la gente consume eso y no distingue si están sonando Los Tipitos o Machine Head.
Chaume: –Y desde los medios por ahí se fomenta. Porque para un tipo que labura en un medio por ahí se le plantea: "yo tengo que hablar del tipo que llena la cancha de Vélez", "tengo que halar de El Bordo o de esto otro", y tengo que hablar bien. Porque piensa que al fin y al cabo es un producto de venta, y ahí es donde se trastoca todo. Y no se sabe bien a quién echarle la culpa de esto.
Doma: –Siempre queda bien echarle la culpa al sistema, que no se sabe bien lo que es. "El sistema tiene la culpa". La gente está demasiado cómoda, en una comodidad de mierda, como para que vos le digas: "Mirá el recital de Ciro en el Orfeo estuvo bien pero lo que hizo fue repetir las influencias del rock charrúa trompetero que se hace ahora, mezcla rock con bazucada, sigue teniendo alguna que otra buena letra, pero es una repetición.
Doma: –Para mí El Perrodiablo es tratar de recuperar lo que representó el rock para nosotros, una conexión con la emoción fina, con la pasión, con la libertad, con el quilombo, con el caos, con el quilombo que no podés manejar, que es justamente a lo que la gente le tiene miedo ahora, a lo que no puede manejar. ¿Por qué le tiene miedo la gente a la inseguridad? A la figura de la inseguridad, por más que sea cierto que se mate gente: porque es incontrolable, porque es un fantasma y los fantasmas no sabemos si existen o no, pero están. Es como si yo te dijera: yo soy productor, soy Alfredo Toth y me traen el disco y te digo: "Pero este disco es un quilombo, es incontrolable escucharlo así" y te dice: "suenen así y te trae el disco solista de Ciro". Y lo que va a hacer es intentar controlarte, y los mejores laburos de los productores no son cuando te controlan sino cuando te encauzan o te abren una punta.
Lea: –Nosotros estamos detrás de lo inesperado. Lo emocionalmente fuerte. Los show son cuarenta minutos de emoción pura. Es una transmisión física.

–¿Qué sienten en vivo?
Lea: –Para mí es muy difícil de explicar, muy raro. Te puedo decir: libertad pero también te puedo decir caos, en el que me siento adentro.
Doma: –Y encima que haya gente adelante, y que devuelva algo o perciba algo. Y cuando digo que devuelva algo no me refiero a que haya un pogo terrible, sino que esté pendiente. Es una pelota difícil de manejar, porque como nosotros no nos tomamos previsiones del tipo: "este es tema en el que la gente se vuelve loca" o "ahora tocamos dos temas en los que la gente baja un poco". No hay plan y la lista la hacemos cinco minutos antes de tocar y cuando ya viene esa ansiedad que no podés controlar y por ahí te mandás alguna cagada como incluir un tema que hace mucho que no ensayás.
Lea: –Y sea un lugar grande o chico, los shows son un maratón. Nos proponemos romper todo, pero no objetos, porque tampoco somos los The Who.
Doma: –Si rompemos algo, es a nosotros mismos.


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