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La Plata, Buenos Aires

miércoles, 29 de septiembre de 2010


Revolvimos el archivo de los diarios locales y encontramos dos entrevistas a Billordo, un músico platense que levanta las banderas del indie, el punk, el hip hop y el low fi entre otras. Les dejamos además un video de Noam Chomsky for President, de su disco A Full (hagamos de esto una leyenda).



vía diario Hoy
La salida de un nuevo disco de Billordo siempre genera expectativas. ¿Y ahora con qué va a salir el frontman más polémico del under? Sus álbumes anteriores y su avasallante discurso han sabido explicarnos que cualquier cosa puede pasar. Mucho tiene que ver su historia: el músico ocupa la primera página del rock alternativo platense, es el responsable peor valorado entre los fundadores de la escena y un tipo al que nunca le importó decir su verdad, aunque ella le generara consecuencias adversas.

Temerario antihéroe, fue el primer noise en cantar fuera de tono decididamente, en bailar un hip hop, en renegar de la demagogia del ambiente y aun así sobrevivir a las réplicas de la prensa especializada. Un rebelde con todas las letras. Tras militar más de una década sobre los escenarios, finalmente se empezaron a acreditar sus labores. Y su nuevo disco seguirá contribuyendo con esto.

Recién salido de fábrica, Eleven Palace Hotel resume todo aquello que lo enamoró del indie y sus posteriores secuelas rítmicas: su nuevo LP de diez temas funde acertadamente sonidos grunge con teclados 8 bits, lo experimental de grupos como Sonic Youth, Yo La Tengo o Pavement con las últimas
vanguardias neoyorquinas.

La obra pareciera estar dividida en tres partes: una primera, continuadora del indie trash de sus discos anteriores, un tema separador, que embiste con un punk casi barrial, y una última mitad sorprendente, en extremo experimental, adepta al shoegazing y adicta a las guitarras de Thurston Moore.

“Este disco parece rebelar todo lo que escucho, pero desaparece lo más clásico y se subraya lo experimental” -cuenta el músico, que también probó nuevas formas de registro: “Los temas se fueron grabando en distintas ciudades durante las giras. Cuando me metía en estudios importantes de Capital, me cobraban hasta el aire. Esta vez se hizo todo entre amigos, en garages, en habitaciones de pibes que no querían cobrarme la nafta y me alojaban en sus casas” -comenta mientras recuerda felizmente la cantidad de lugares en las que se hizo el disco: Rada Tilly, Bariloche, Buenos Aires, La Plata, Neuquén, Miramar, Mendoza, Santiago del Estero, Tucumán y Villa María. “Más allá de poder decir que es un disco muy federal, quiero destacar lo mucho que se disfrutó su grabación. Pudimos tocar un rato, pasear por las playitas de Comodoro y volver al estudio. Girar por Bariloche y meterse en una casa a grabar” -dice, recordándonos los valores y el encanto de la independencia.

No es casual que a semejante modelo lo secunde un sello como Straight War, difusor de la ideología hardcore por excelencia. “Es importante destacar mis diferencias con las bandas populares -aclara, mientras termina la entrevista-; yo no lleno Atenas. A mi público lo tengo repartido por todo el país, meto 50 tipos en cada ciudad que voy”.

vía diario Diagonales
Un montón de cosas que motivan la vida de la mayoría de las personas, a mí no me motivan. No me han motivado. En un momento estudiaba periodismo y se me planteaba que tenía que elegir entre dar un final o tocar, y elegí tocar. En un momento me llama un amigo y me dice: 'me caso', y no se dio. Otro me comentó: 'estoy juntando plata para comprarme un auto'; y yo cada vez que tuve una plata la puse en la banda. A mí esto me mueve tierra, aire, todo. No creo que haría otra cosa. No me enloquece que llegue el fin de semana para ir a jugar a la pelota, y me parece bien que la gente lo haga; o jugar a la pelota el martes y el sábado juntarme a comer un asado, esa paz me la da tocar. No me canso. Y después el mismo sistema te exige. Al ser under y tener poco en muchos lados también tenés que hacer mucho, porque hay bandas que por ahí hacen dos shows por año y juntan la plata de dos años. A veces tenés que tocar en un montón de lados porque no te queda otra. Yo soy una persona muy nerviosa, y por ahí tengo náuseas, voy por el show 400 y a veces me da nervios tocar, pero estoy tocando en el escenario y es media hora o cuarenta minutos que para mí funcionan como tres mil tranquilizantes. Y aunque me ves saltar, gritar o quejarme, eso me da paz. Me gusta esto, no me veo ni me dan ganas estar en otra cosa”, comentó el siempre inquieto Diego Billordo ante la aparición de la pregunta: ¿Cómo hacés para no cansarte de tocar tanto?



ENTRE DISCOS
"Lo que sucedió en el medio fue raro. Me mudé al barrio de Once, medio que de ahí viene el nombre del disco Eleven Palace hotel. Y es medio como un chiste, yo vivo en el Once, arriba de todo, en un último piso y un día iba en micro, en el 168, pasó por la puerta del hotel.

"En mis discos anteriores yo ensayaba, definía 10 temas, iba a un estudio y los grababa. Los últimos dos discos fui a un estudio importante donde habían grabado Pappo, ataque 77 o Juana La Loca, y si bien yo vengo del under como que quería grabar el disco bien pero porque el mismo rock te lo pide, no el rock como rock sino el rock sistema. Del primer disco me criticaron que era muy Low fi, muchos periodistas de varios medios me decían 'que bueno que sea Low fi, pero no te puedo pasar en MTV a las 12 de la noche porque es muy Low fi. Entonces medio que me pintó grabar un poco mejor, que para todo el mundo era normal, todo el mundo quiere grabar bien. Yo lo aclaro porque para todo el mundo es normal querer sonar bien, a mí en los dos primeros discos antes de pasar al anterior a este era todo un proceso querer grabar bien. Pero no me interesó tanto. Si bien el disco suena bien, tiene buenas grabaciones, tiene un buen master. Me pasó eso de un disco al otro, quise volver a lo que hacía antes pero en el formato de grabar. Porque en vivo en aquel momento si se quiere más pulido, los temas siguieron sonando punk, noise, sónico o alternativo.

"Otra cosa que pasó, así como un chiste, es que descubrí que haga lo que haga le puedo llegar a alguien, que alguien me da bola, aunque quizás al hacer eso otro que está se vaya, me deje de lado. Y yo sentí que del disco anterior a este pasó eso, hubo un montón de gente que se sumó y otra que se fue. O que me dicen: "Sí me gustaron los tres primeros discos", como que A full no le gusta, o no les gustó la onda. Y si realmente lo escuchás es todo más o menos lo mismo. Sí, puse una trompeta; hay tres minas haciendo coros; ¿estoy muy banana en el arte del disco?; pero la esencia es la misma, la forma de pensar es la misma”.

LA PRENSA ESPECIALIZADA
"El punto es que tanto querés quedarte afuera o adentro de algo. Y no es solo la realidad de que comés o no comés. Muchas veces justifico cosas que hago, y que cuando tenía quince años ni en pedo lo hubiera hecho y si alguien lo hacía lo hubiese criticado, y me justifico mucho diciendo: 'tengo que comer' y a la vez me hago, no sé si soy mejor artista o mejor persona, y pienso: 'no lo hago por el Rolls Royce'. Y a veces tampoco como, hoy por ejemplo debo plata. Si siento ese desfase y la culpa no sé si es de Internet o de la época, que no es como antes, que la gente leía sobre música. Fijate que la mayoría de los suplementos de los diarios son jóvenes, o un suplemento de cultura nunca un suplemento de música. Veo que vende más hablar de cualquier cosa de Billordo o de cualquier otro artista que de su música.

"Otra cosa que veo y que tiene que ver con Internet, es que por ejemplo la leche en los supermercados se sigue pagando y la música al bajarse no se paga más, eso generó un proceso bueno al principio y ahora generó un no pago el disco, no quiero comprar la remera y tampoco quiero pagar la entrada. Pero me interesa más saber si ese músico se peleó con un periodista o si está con problemas de drogas o no sé qué. Pity por ejemplo es fenómeno por su disco sino por el quilombo que hace o que la prensa dice que hace. Importan un montón de cosas menos la música misma, porque veo que un montón de gente está hablando de cualquier cosa menos de las canciones. El marco ayuda a que no se llegue, porque por ahí un pibe con un montón de talento está en la casa frenado. Porque antes si tenías talento te empujaban para que lleguen, hoy eso no te alcanza con tener talentos. Hoy precisás movida, contactos, saber moverte.

GIRANDO
"Al interior comencé a ir porque los pibes me decían: 'yo estoy acá, y nunca viene nadie'. Cuando armé la primera gira Billordo, me propuse arriesgar la primera ciudad, si salían bien hacía 10 y sino lo peor que podía pasar era tener que volver. Fui y salieron las 10 ciudades bien, y volví, entonces ahí cambió el panorama. Pero yo de entrada y más allá de algún video o alguna nota, llego allá por el fotolog o el myspace. Otra cosa que pasa es que al existir Internet, los pibes esos le cortan el protagonismo al Sí! o a otros medios y le dan bola a los medios chicos, y en los mismos pueblos hay blogs. Me pasó en algunas ciudades en las que no estaban convencidos, yo les decía: 'poné los afiches que algo va a pasar'. Alguna fecha puede andar mal pero la mayoría salen bien, y para mí es prioridad ir allá. Uno puede hacer música para los amigos, pero la verdad es que todas las bandas de la más chica a la más grande quieren tocar y que alguien las escuche. El interior me es prioritario, y siempre quiero volver. Hubo una época que hasta era difícil traer una banda de Capital a La Plata".

EL ROCK HIPÓCRITA
Otra cosa que me pasó y que otros agarran para el lado del resentimiento y a mí me agarró para bien, es que a mí no me ayudó nadie de entrada, algún que otro bolichero o alguna que otra banda. Nunca nadie vino y me dijo: 'a vos te conviene hacer esto' o 'por qué no grabás así, o sacás el disco así'. Yo eso lo hago mucho con muchas bandas, por eso genero cosas, y me gusta hacerlo. Casi todas las bandas, en un 99,9 porciento que hoy están en las tapas de las revistas y diciendo que son no se qué, y no sólo indies o punk sino de otro palo: estuvieron en un ciclo mío, en una revista mía o sonaron en un programa de radio mío, porque estoy atento a eso, me gusta saber. Como esos que miran a los pibes de la tercera para ver quien juega bien, eso es lo que hago. Y los miro, porque además ellos mismos me llegan, y se acercan porque ven que estás haciendo cosas, y estás solitario, independiente. Tengo mucha gente cerca mío que no le gusta Billordo pero le gusta lo que hago, y esos son buenos motivos para no cansarme y que valga la pena que no se corte esto. Por ahí peco de soberbio pero muchas veces sentía que si yo no hacía algo nadie lo hacía. Si yo no hacía un ciclo porque el lugar era una mierda, el sonido era una mierda y todo era una mierda; pero había algo que era lindo: cincuenta bandas que tocaron a lo largo de un año. Hoy de esas 50, diez tienen discos y varias de esas diez salen en la Rolling Stone y dicen que son grandes bandas, las que van a salvar a la década. Y yo les di el espacio. Por ahí te dicen: 'otro lo hubiera hecho', pero yo veo que no lo hace nadie. Este año no hice ciclos, me costó por otras cosas como clausuras, no tanta agenda, pero cada vez que puedo busco apoyar. Una vez me pediste una nota para el Plaza Demo y nombré tres o cuatro bandas, no me cuesta nada.


Va el video prometido, puede escuchar más acá.


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