Hoy y mañana, se presenta la obra de teatro Alle Donne, dirigida por Paula Brusca. La historia se sitúa en la semana trágica de 1919, que terminó con 700 muertos y casi 4.000 heridos. Es a las 21, en la sala Armando Discépolo (12 e/ 62 y 63), con entrada libre y gratuita. Les dejamos una nota de Diagonales.
Alle Donne es una presentación de la Comedia de la Provincia, a través de una convocatoria que realizó a los grupos independientes de la Provincia a que presenten proyectos para su realización. Es así como La Compañía Nacional de Fósforos (de Villa Bosch, Tres de Febrero) y Las Chicas de Blanco (Ramos Mejía - La Matanza) fueron seleccionadas para dirigir y representar esta obra.
El texto de la pieza, escrito por Roxana Aramburu, ha recibido distinciones por parte del Instituto Nacional del Teatro y Argentores. Trata sobre el ideal anarquista, los mandatos familiares. El deseo y la culpa. El amor y la muerte irrumpen en las vísperas de una huelga. Es la Semana Trágica. Es diciembre de 1918, pero puede ser también 1955 o 1976, porque es una de esas historias que trasciende el tiempo y el espacio.
“La historia se sitúa en la Semana Trágica y lo que nos pareció es que era un hecho que a lo largo de la historia se repetía”, contó Paula Brusca, la directora de la obra en la que actúan Claudia Quiroga, Sandra Posadino y Juan Manuel Caputo.
La obra. En el espacio de una casa, durante los hechos de la llamada Semana Trágica, durante las vísperas de un año viejo y otro nuevo, donde habitan tres mujeres solas, se desarrolla este relato de lo que está por detrás de toda lucha. Un relato que podría suceder en cualquier época y lugar donde se fuerza a los individuos a decidir cuál es y será su lugar frente a la historia.
Alle Donne se ubica en los intersticios de una lucha que puede ser cualquier lucha, una guerra que como todas las guerras deja detrás una estela de silencio que es tanto o más terrible que la propia guerra.
“La imposibilidad de narrar la experiencia, de contarnos nuestra propia historia, que Walter Benjamín describió como una de las más grandes catástrofes del siglo XX, es una de las principales estrategias del poder, que se abalanza sobre los individuos ya no sólo para destruirlos en el espectáculo de la violencia sino también para condicionarnos en el espacio más privado y más íntimo, el de la casa y el del cuerpo. Pero como también describió Benjamín, ese fracaso mismo de la experiencia, ese triunfo del poder sobre los cuerpos, es a la vez, la posibilidad que a cada uno se le ha dado de reinventarse a sí mismo, de elegir, entre muchas historias la que habrá de tomar como propia”, plantea el texto de presentación de Alle Donne.
“Un poco lo que nosotros tratamos de reflejar es lo que Benjamin toma sobre la experiencia. Y lo que tratamos de establecer es que esa experiencia está latente, tal vez un poco diluida. Pero un día ante situaciones de muerte se sorprende y se pregunta cómo puede haber pasado eso, como por ejemplo con el caso de Mariano Ferreyra (N. de R.: el joven murió baleado hace un mes en las vías de la estación de Avellaneda, donde realizaba una protesta)”, explicó Brusca.
–¿Nota que la obra provoca reflexión en el público?
–Sí, pero es diferente la reflexión de la gente mayor y la de los jóvenes. Los más grandes se sienten mucho más cercanos a esa historia que transcurre durante la Semana Trágica y que los jóvenes quizás ven como algo perdido en el tiempo. Los de menor edad sienten el acercamiento en el momento que hacen la asociación de que esa situación se repite en el tiempo. Esa diferencia es algo que se nota claramente al final de la obra.
Alle Donne se ubica en los intersticios de una lucha que puede ser cualquier lucha, una guerra que como todas las guerras deja detrás una estela de silencio que es tanto o más terrible que la propia guerra.
“La imposibilidad de narrar la experiencia, de contarnos nuestra propia historia, que Walter Benjamín describió como una de las más grandes catástrofes del siglo XX, es una de las principales estrategias del poder, que se abalanza sobre los individuos ya no sólo para destruirlos en el espectáculo de la violencia sino también para condicionarnos en el espacio más privado y más íntimo, el de la casa y el del cuerpo. Pero como también describió Benjamín, ese fracaso mismo de la experiencia, ese triunfo del poder sobre los cuerpos, es a la vez, la posibilidad que a cada uno se le ha dado de reinventarse a sí mismo, de elegir, entre muchas historias la que habrá de tomar como propia”, plantea el texto de presentación de Alle Donne.
“Un poco lo que nosotros tratamos de reflejar es lo que Benjamin toma sobre la experiencia. Y lo que tratamos de establecer es que esa experiencia está latente, tal vez un poco diluida. Pero un día ante situaciones de muerte se sorprende y se pregunta cómo puede haber pasado eso, como por ejemplo con el caso de Mariano Ferreyra (N. de R.: el joven murió baleado hace un mes en las vías de la estación de Avellaneda, donde realizaba una protesta)”, explicó Brusca.
–¿Nota que la obra provoca reflexión en el público?
–Sí, pero es diferente la reflexión de la gente mayor y la de los jóvenes. Los más grandes se sienten mucho más cercanos a esa historia que transcurre durante la Semana Trágica y que los jóvenes quizás ven como algo perdido en el tiempo. Los de menor edad sienten el acercamiento en el momento que hacen la asociación de que esa situación se repite en el tiempo. Esa diferencia es algo que se nota claramente al final de la obra.
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