Hoy se presenta por segunda noche consecutiva Favio Posca en el Coliseo Podestá (10 entre 46 y 47), presentando su nuevo espectáculo Bad time Good face. Recién llegado de una gira europea y antes de subir al escenario platense, le dio una entrevista a Diagonales, que les dejamos más abajo. La cita es a las 22, con entradas que van de $60 a $100.
Recién llegado a nuestro país, Posca desembarcará en dos días consecutivos -hoy mañana, a las 22- en el Teatro Coliseo Podestá para mostrar por primera en esta ciudad su nuevo espectáculo Bad time Good face. “Es un buen título, ¿no? ‘De Europa a La Plata, del Coliseo de Roma al Coliseo de La Plata’. Estoy entusiasmado, con mucha energía, así que van a ver un show diferente seguramente para ustedes y para mí también, porque estar 15 días en Londres, Ámsterdam y Roma, viendo y flasheando con un montón de cosas, me da como un bonus de energía a todo nivel. Así que estoy muy contento”, aclara al comienzo de la charla con Diagonales y en sus palabras se percibe esa energía que él refiere.
Cuando se le hace notar su posteo en el Twitter en torno a las casi 40 horas sin dormir, se explaya: “Ni dudarlo por el cambio de horario, aparte venía de Ámsterdam, de volver a Roma, tomar un directo, y yo no soy de venir y dormir siesta, sigo y sigo, y ya esta noche me acomodaré para estar bien mañana. Pero bien, flasheado”.
No hace falta preguntarle por qué Bad time good face, ese interrogante lo responde desde su sitio web. “En estos tiempos que corren, tiempos que siento áridos, vacíos de contenido, híbridos, somnolientos, hipnóticos, dolorosos e inquietantes, tomo una decisión. Aceptar y abrirme a toda esa manifestación sin rechazar nada de por si, y expresar con la intensidad que me caracteriza mí sentir, mí pensar, mí emoción. Por eso nace Bad Time Good face. Un espectáculo. Arte puro. Mi camino a la libertad. En el genero, provoco, divierto, revierto un orden, muevo, transmito ese movimiento desde mi lugar, desde mí transformación. Ofrezco -como en un sacrificio ritual en escena- dar todo de mí, transpirando mi esencia, mí pasión, corriendo mis limites, empujando musicalmente, y al transgredir desde lo visual, lograr elevar la temperatura corporal y delirar para ustedes. Doy sensaciones y respeto absoluto. Solo necesito una cosa: que tengan la valentía de lanzarse a un viaje seguramente imperfecto, rebelde y fallado, pero tan vertiginoso y sin pausa como totalmente sanguíneo”.
Y fue Bad time Good face el espectáculo que le perimitió realizar más de 60 funciones en el Teatro Maipo, convocando a más de 23 mil espectadores. Pero lejos de las convenciones, Posca decidió desembarcar en esa sala en el siempre seductor horario de la medianoche. “El desafío justamente era inventar ese espacio, así como inventé hace muchos años las trasnoches en La Plaza, en un lugar mainstream, comercial, cuando en realidad la trasnoche existía en otros lados. Ahora inventar la trasnoche en el Maipo era un desafío, y la verdad que estoy muy feliz porque pude llevarme todo mi público al Maipo, llenarlo de gente joven, energía nueva y que conozcan un lugar como ese teatro, que por ahí no era un lugar donde la gente joven no estaba acostumbrada a ir. Así que estoy muy feliz y muy orgulloso de haber podido cumplir el objetivo”.
Cuando se le hace notar su posteo en el Twitter en torno a las casi 40 horas sin dormir, se explaya: “Ni dudarlo por el cambio de horario, aparte venía de Ámsterdam, de volver a Roma, tomar un directo, y yo no soy de venir y dormir siesta, sigo y sigo, y ya esta noche me acomodaré para estar bien mañana. Pero bien, flasheado”.
No hace falta preguntarle por qué Bad time good face, ese interrogante lo responde desde su sitio web. “En estos tiempos que corren, tiempos que siento áridos, vacíos de contenido, híbridos, somnolientos, hipnóticos, dolorosos e inquietantes, tomo una decisión. Aceptar y abrirme a toda esa manifestación sin rechazar nada de por si, y expresar con la intensidad que me caracteriza mí sentir, mí pensar, mí emoción. Por eso nace Bad Time Good face. Un espectáculo. Arte puro. Mi camino a la libertad. En el genero, provoco, divierto, revierto un orden, muevo, transmito ese movimiento desde mi lugar, desde mí transformación. Ofrezco -como en un sacrificio ritual en escena- dar todo de mí, transpirando mi esencia, mí pasión, corriendo mis limites, empujando musicalmente, y al transgredir desde lo visual, lograr elevar la temperatura corporal y delirar para ustedes. Doy sensaciones y respeto absoluto. Solo necesito una cosa: que tengan la valentía de lanzarse a un viaje seguramente imperfecto, rebelde y fallado, pero tan vertiginoso y sin pausa como totalmente sanguíneo”.
Y fue Bad time Good face el espectáculo que le perimitió realizar más de 60 funciones en el Teatro Maipo, convocando a más de 23 mil espectadores. Pero lejos de las convenciones, Posca decidió desembarcar en esa sala en el siempre seductor horario de la medianoche. “El desafío justamente era inventar ese espacio, así como inventé hace muchos años las trasnoches en La Plaza, en un lugar mainstream, comercial, cuando en realidad la trasnoche existía en otros lados. Ahora inventar la trasnoche en el Maipo era un desafío, y la verdad que estoy muy feliz porque pude llevarme todo mi público al Maipo, llenarlo de gente joven, energía nueva y que conozcan un lugar como ese teatro, que por ahí no era un lugar donde la gente joven no estaba acostumbrada a ir. Así que estoy muy feliz y muy orgulloso de haber podido cumplir el objetivo”.
Hombre en acción. Si algo caracteriza a Favio Posca cuando sale a escena es que se trata de un artista políticamente incorrecto para esa platea que busca en el teatro éxitos televisivos o para los moralistas amantes de las buenas costumbres. “Mi forma como artista es bastante controversial. El que va pensando que va a ver algo light desde el mensaje artístico, por ahí se equivoca, tiene que ir a ver a un tipo que cuente cuentos. Yo soy un artista que me expreso desde muchos lugares, desde la música, desde la imagen, desde la fotografía, desde los textos y profundizo en un montón de cosas siempre tratando de hacer reír, de divertir al espectador y para muchos puede resultar fuerte, por ejemplo para el que está acostumbrado a verme en la tele y piensa que estoy llevando algún personaje de la tele. Pero es un show de dos horas y media, con diez canciones, con videos, con imágenes, con Sergio Lacroix en la puesta de luces y escenografías. No considero que sea un espectáculo fuerte, es un espectáculo más Posca que nunca, creo que es uno de mis mejores shows desde lo estético, desde la composición musical, actoral; y obviamente no te deja como si nada te pasara, estamos un poco acostumbrados los argentinos a ver desde la tele y desde un montón de lugares cosas que no te dejan nada, apagás la tele y te olvidás, o salís del teatro y te olvidás. Acá ciertas cosas te quedan, ciertas cosas te dan para debatirlas, como que te mueve de algún lugar, te mueve el espíritu, te roza desde algún lugar, y para mí como artista es lo que tengo que hacer. Sino para eso me dedico a otra cosa”.
Corridos de su eje y de lo que pueden considerar “normal”, agunos críticos insisten con querer ver a otro Posca. “Ese es un poco un chiste que yo hago al comienzo del show. Igual me ha pasado que por ahí algunos críticos esperan de mí otra cosa, que no sean tan fuerte, pero un poco es un chiste y no quiero adelantar nada. La gente se va a encontrar con un espectáculo con pasadizos o callejones que aparentemente no tienen salida y despuntan hacia otro lado. Un ejemplo claro es esto, hablar de los críticos y después termina un video electrónico muy arriba, riéndome de todo, de la crítica y de la censura que me ha pasado como artista”.
Corridos de su eje y de lo que pueden considerar “normal”, agunos críticos insisten con querer ver a otro Posca. “Ese es un poco un chiste que yo hago al comienzo del show. Igual me ha pasado que por ahí algunos críticos esperan de mí otra cosa, que no sean tan fuerte, pero un poco es un chiste y no quiero adelantar nada. La gente se va a encontrar con un espectáculo con pasadizos o callejones que aparentemente no tienen salida y despuntan hacia otro lado. Un ejemplo claro es esto, hablar de los críticos y después termina un video electrónico muy arriba, riéndome de todo, de la crítica y de la censura que me ha pasado como artista”.
It’s only rock and roll. Si alguien llegado de otro planeta con referencias de cómo se mueve una estrella de rock sobre un escenario, se topara con este artista sobre las tablas, inmediatamente no tardaría en emparentarlo con ese otro ámbito. Y mal no haría, porque la actitud y la escena de Posca transpira rock. “Siempre la música formó parte de mis espectacúlos, te diría casi un 50% mínimo, acompañado por videos, imágenes, actuación. Pero siempre la música, desde mi primer show, estuvo presente. Directamente no concibo un show mío sin música”.
Pero así como su actuación interactúa con el mundo musical, también hace lo propio con lo audiovisual. “Ese es un gran plus y un gran bonus que también aportó Sergio Lacroix, y creo que a nivel de puesta en escena es uno de mis mejores shows junto con Mamá esta presa y Boster Kirlok. Nico Bernaudo también laburó mucho. Hay como mucha gente muy talentosa en el show. Estoy solo arriba del escenario siempre acompañado, obviamente que con Luisa Cayetana estamos todo el tiempo creando pero acompañados de un equipo muy groso de gente que labura a la par”.
El por qué nace Bad time Good face ya quedó develado, sólo resta saber cómo surgió el proyecto. “Estábamos viviendo como un proceso medio de parate creativo, medio ligado a lo que nos pasa a todos, de no encontrar una motivación, como adormeciéndonos en toda esta cosa de lío y de la nada paralizada que desde lo creativo, que aunque no quieras obviamente te toca porque vivís acá, porque estás en el día a día. Entonces dijimos, nos quedamos con esto y decimos todo esto que nos está pasando o empezamos a hacer cosas, a componer música, a llamar gente, y eso hicimos. Un poco surgió el show por la necesidad de no quedarnos criticando lo que no nos gusta. El no futuro, esa cosa fangosa de decir: ‘es todo una mierda’ a mí no me va, me deprime, entonces trato de última de cruzarme a la vereda de enfrente y hacer la mía y que me sigan los que tengan ganas”.
El 2011 lo encontrará de regreso -desde el 13 de enero- en el Paseo La Plaza, donde "por primera vez voy a ser verano en ese lugar, no voy a estar en Mar del Plata. Y también voy a hacer Pol-ka, voy a hacer Los únicos, la nueva tira de la productora. Voy a ser uno de los villanos con (Carlos) Belloso".
Pero su espíritu indómito, ese que lo lleva a estar en constante movimiento y a prenderse fuego en escena, necesita como cable a tierra anclar aunque esporádicamente en su Mar del Plata natal. A esa ciudad llegará en el medio de la temporada teatral porteña. “Pero a surfear un poco y nada más”, pero como de Posca se trata las olas que tome no serán baja
Pero así como su actuación interactúa con el mundo musical, también hace lo propio con lo audiovisual. “Ese es un gran plus y un gran bonus que también aportó Sergio Lacroix, y creo que a nivel de puesta en escena es uno de mis mejores shows junto con Mamá esta presa y Boster Kirlok. Nico Bernaudo también laburó mucho. Hay como mucha gente muy talentosa en el show. Estoy solo arriba del escenario siempre acompañado, obviamente que con Luisa Cayetana estamos todo el tiempo creando pero acompañados de un equipo muy groso de gente que labura a la par”.
El por qué nace Bad time Good face ya quedó develado, sólo resta saber cómo surgió el proyecto. “Estábamos viviendo como un proceso medio de parate creativo, medio ligado a lo que nos pasa a todos, de no encontrar una motivación, como adormeciéndonos en toda esta cosa de lío y de la nada paralizada que desde lo creativo, que aunque no quieras obviamente te toca porque vivís acá, porque estás en el día a día. Entonces dijimos, nos quedamos con esto y decimos todo esto que nos está pasando o empezamos a hacer cosas, a componer música, a llamar gente, y eso hicimos. Un poco surgió el show por la necesidad de no quedarnos criticando lo que no nos gusta. El no futuro, esa cosa fangosa de decir: ‘es todo una mierda’ a mí no me va, me deprime, entonces trato de última de cruzarme a la vereda de enfrente y hacer la mía y que me sigan los que tengan ganas”.
El 2011 lo encontrará de regreso -desde el 13 de enero- en el Paseo La Plaza, donde "por primera vez voy a ser verano en ese lugar, no voy a estar en Mar del Plata. Y también voy a hacer Pol-ka, voy a hacer Los únicos, la nueva tira de la productora. Voy a ser uno de los villanos con (Carlos) Belloso".
Pero su espíritu indómito, ese que lo lleva a estar en constante movimiento y a prenderse fuego en escena, necesita como cable a tierra anclar aunque esporádicamente en su Mar del Plata natal. A esa ciudad llegará en el medio de la temporada teatral porteña. “Pero a surfear un poco y nada más”, pero como de Posca se trata las olas que tome no serán baja
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