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La Plata, Buenos Aires

martes, 12 de noviembre de 2013

El próximo finde es prácticamente largo, porque el martes 19 es el feriado por el cumpleaños de la ciudad. Aprovechando la ocasión, Decuajo presenta "Ocultar la desnudez" el lunes 18 en La Mulata (55 e/ 13 y 14), a las 22 hs.

Dijeron por ahí
Twitrock:
Para cualquiera que haya transitado con asiduidad el caracol del primer disco de Decuajo, los cambios que esconde 'Ocultar la desnudez' empiezan a hacerse evidentes a los veintiséis segundos del primer track, justo cuando un firulete de teclado que parece querer homenajear a los Doors da pié para que se desencadenen las voces. Un torbellino de cuerdas sutiles, servido en el colchón de notas graves que convidan el bajo y la batería, vienen a alimentar la sospecha de que ha quedado lejos el tiempo de las guitarras acústicas con un fondo de boca spinetteano. De allí en adelante el disco nos pasea por la lisergia, el rockabilly, la balada épica, el jazz -cruzándose de vereda, del swing al bee-bop-, guiños de funk, melodías extáticas que quisieran ser mantras, coros trenzados con preciosismos de orfebre, y un desenlace ('Sol de noche') con arreglos de guitarra dignos del mejor Alí Farka Touré. De las diez pistas de 'Ocultar tu desnudez', las últimas cinco o seis funcionan como una montaña rusa, una sucesión irrefrenable de bellísimas canciones que te arrastran caracoleando, con picos de vértigo en 'Valle de espejos', cuando irrumpe el vozarrón de Mariano Vicente... hasta que el disco se agota, y uno se descubre invicto ante el cambio, pidiendo otra vuelta.

De Garage:
Desde su segundo disco, Decuajo entabla diálogo consigo mismo. El ex dúo hace una apología de su decisión estética -la de acompañar a las guitarras y voces de Matías Monzón y Francisco Muñoz con una base rítmica y teclados- donde volver a brotar es el objetivo. A lo largo de estas diez canciones, Monzón, Muñoz y compañía abren el espectro y van probándose distintos atuendos sin ceñirse a ninguno. Ahí están “Fija”, que abre el disco con un aire de samba y un teclado pariente del de “Riders on the storm”; “Tiempo”, un cuento surreal que recuerda al último Invisible; o “Soy igual a vos”, con su clima lúdico, casi circense. El cambio es la constante: la cita de Sagan opera de síntesis y horizonte para la banda que ahora forman también Nico Raffino en teclados, Emilio Barrientos en bajo y Santiago Parodi en percusiones. “Colonizado” parece hablarle a los mismos dinosaurios de “A los jóvenes de ayer”, justo antes de que la banda se suelte en dos temas ligeros, dos inesperados episodios pop: “La estrella” y “La calle de las mandarinas”. Lo mejor queda para el final. En la extensa “Sol de noche” pero también en su preámbulo, “Valle de espejos”, logran cambiar el tono del disco con una atmósfera nocturna que va diluyéndose en un ambiente de ceremonia tribal donde surge, como un ánima venerable, la voz de Mariano Vicente para poner en palabras la búsqueda de Decuajo: “ocultar de la desnudez es adornarla (…) bajo los harapos seguimos desnudos”.

Veradia.com:
Con renovado formato, Decuajo grabó su segundo disco, “Ocultar la desnudez” y aparece como un paso adelante en la vida de la banda platense.
Martín Mayers (Del Mondongo Soundsystem) escribió sobre este nuevo registro: “Ha quedado lejos el tiempo de las guitarras acústicas con un fondo de boca spinetteano. El disco nos pasea por la lisergia, el rockabilly, la balada épica, el jazz, guiños de funk, melodías extáticas que quisieran ser mantras, coros trenzados con preciosismos de orfebre”.
Para Myers, “El único cambio que suele aceptarse de buen grado es lo que se entiende por evolución, por crecimiento. Y en este sentido, no cabe la menor duda de que Decuajo pegó el estirón”.

Anotá
Disco y Anticipadas en La Disqueria (54 e/ 8 y 9)
Más información en www.decuajo.blogspot.com

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